ROMA, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha manifestado este domingo su "gran dolor" por el atentado que este sábado dejó cerca de un centenar de fallecidos en las calles de Ankara (Turquía) cuando miles de personas se manifestaban.
Tras el rezo del Ángelus, Francisco ha expresado su dolor por los fallecidos y por los heridos, pero también por el hecho de que los atacantes "han golpeado a personas desarmadas que se manifestaban por la paz".
"Mientras pido por ese querido país, pido al Señor que acoja las almas de los difuntos y consuele a las familias y a quienes sufren", ha expresado el Pontífice.
Además, en un mensaje remitido por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolín al presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, el Papa ha expresado al mandatario su "cercanía espiritual a las familias de las víctimas y y a los servicios de seguridad y emergencia que han asistido a los heridos".
Tras pedir una oración en silencio a los fieles que han acudido al rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Papa se ha referido también a la próxima conmemoración, este martes 13 de octubre, de la Jornada Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
"Está, por desgracia, reconocido que los efectos de tales calamidades son agravados por la falta de cuidado del medio ambiente por parte del hombre", ha asegurado.
Por ello, ha expresado su unión con "todos aquellos que, de forma clarividente, se esfuerzan por la tutela de la casa común" y ha señalado a la necesidad de trabajar para "promover una cultura global y local de reducción de los desastres y de una mayor resiliencia", así como "armonizar los nuevos conocimientos con los tradicionales" y prestar "particular atención a las poblaciones más vulnerables".
Por otra parte, en su comentario al pasaje del Evangelio del domingo, ha invitado a los fieles a "desmarcarse" del apego a las "falsas riquezas" (entre las que señala el dinero o el placer) que "prometen vida pero procuran muerte".
"El Señor nos pide desmarcarnos de estas falsas riquezas para entrar en la vida verdadera, en la vida plena, auténtica, luminosa --ha incidido--. Solo acogiendo con gratitud humilde el amor del Señor nos liberamos de la seducción de los ídolos y de la ceguera de nuestras ilusiones".
