ABIYÁN 24 Ago. (Reuters/EP) -
El Parlamento de Costa de Marfil ha aprobado este viernes varias leyes para facilitar el acceso a la ciudadanía a millones de extranjeros y para mejorar la regulación estatal de la propiedad de la tierra, dos de los asuntos que están en el centro de la crisis política del país desde hace más de una década.
La primera de las leyes permitirá a los extranjeros adoptar la nacionalidad costamarfileña a través del matrimonio con un nacional, mientras que la segunda otorgará la nacionalidad a los extranjeros que viven en el país desde antes de la independencia (1960), así como a los nacidos en el país entre 1961 y 1973 y a sus hijos.
Asimismo, el Parlamento ha extendido diez años el periodo de gracia a la implementación de la ley aprobada en 1998 para codificar las transacciones de tierra. Así, los propietarios tendrán diez años para demostrar por vía legal su propiedad. En caso de que no lo hagan, ésta será pasada a manos del estado.
Millones de ciudadanos de los países vecinos llegaron al país tras su independencia de Francia en medio de las promesas del entonces presidente, Felix Houphuet-Boigny, de tierra para todo aquél que buscara trabajarla con fines agrícolas.
Esta política de puertas abiertas ayudó al país a convertirse en el principal productor mundial de cacao y en una de las potencias económicas regionales, pero las autoridades no entregaron la nacionalidad ni a dichos trabajadores ni a sus hijos.
Los cambios en las leyes de nacionalidad y posesión de tierra fueron condiciones contempladas en el primer acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y los rebeldes en 2003.
"La crisis política (...) ha devuelto a la agenda la cuestión del estatus de extranjero anormalmente prolongado para algunas poblaciones", escribió el actual mandatario, Alassane Ouattara, en la introducción de una de las leyes propuestas.
"A pesar de haberse integrado totalmente en la fábrica social y a que se consideran a sí mismos costamarfileños, siguen siendo extranjeros desde el punto de vista legal", agregó. El propio Ouattara fue inicialmente eliminado de la carrera presidencial en medio de las acusaciones de que era hijo de extranjeros.
Ouattara se hizo con la victoria en las elecciones de 2010, tal y como reconoció la comunidad internacional, pero el entonces presidente, Laurent Gbagbo, se negó a aceptar su derrota, lo que llevó a una guerra civil en la que fallecieron alrededor de 3.000 personas.