El PCCh insta a monjes budistas a aceptar al Partido dentro de sus templos

Bandera china antel el Palacio de Potala, en Lhasa, capital del Tíbet
Foto: CHINA DAILY CHINA DAILY INFOR
Actualizado: viernes, 3 abril 2015 17:57

PEKÍN, 3 Abr. (Reuters/EP) -

   El secretario general de la sección tibetana del Partido Comunista Chino, Chen Quanguo, ha emplazado a los templos y monasterios budistas del Tíbet a aprender a "adorar a la ciencia" y a valorar lo que ha hecho el régimen comunista por esta región.

   En un artículo publicado en la influyente revista quincenal del PCCh, 'Qiushi', Chen asegura que el régimen ve a los 46.000 monjes y monjas de los 1.700 templos y monasterios tibetanos como "amigos".

   "Que los monjes y monjas de los templos y monasterios sientan personalmente el cuidado y el calor del Partido y del Gobierno. Que sientan la benevolencia del Partido, que escuchen la palabra del Partido y sigan el camino del Partido", afirma Chen en su artículo.

   En concreto, pide que se equipe con radios y televisiones a estos centros, y que también allí estén disponibles periódicos y salas de lectura. "Los monjes y monjas no deberían tener que salir de sus templos o monasterios para comprender las políticas del Partido y del Gobierno, el progreso social o la paz, estabilidad y buena fortuna del Tíbet ni para seguir el camino de la adoración a la cultura científica", argumenta.

   Chen ya abogó a finales de 2013 por construir una "defensa impenetrable" contra el separatismo y acercarse amistosamente a los monjes y monjas, figuras de autoridad para los religiosos tibetanos.

   China controla desde 1950 la región tras la entrada del Ejército. En 1959, el Dalai Lama, líder espiritual de los tibetanos, huyó del país tras una sublevación fallida y desde entonces vive en el exilio.

   Grupos de defensa de los Derechos Humanos y el exilio tibetano denuncian que el régimen comunista --oficialmente ateo-- está destruyendo las tradiciones religiosas y culturales del Tíbet y que pretende utilizar la religión para sus propios fines. Además, el régimen acusa al Dalai Lama de defender la independencia de Tíbet por las armas; aunque éste asegura que rechaza toda violencia y que solo aspira a una autonomía genuina de la región.

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