Plantando semillas de esperanza en República Centroafricana

Niños en República Centroafricana
SAYAKO SATO/PMA
  
Actualizado: sábado, 14 mayo 2016 9:22

MADRID, 14 May. (Por Sayaka Sato, Programa Mundial de Alimentos) -

   Tres años de conflicto han dejado una dura carga sobre los habitantes de República Centroafricana (RCA). Casi un millón de personas siguen desplazadas. La mitad de la población se enfrenta al hambre. Ahora, la paz está llegando a RCA y los ciudadanos necesitan apoyo para recuperarse y reconstruir.

   "Cuando te tienen a punta de pistola, ¿tienes elección?", pregunta Marguerite Lakue, de 53 años, mientras recuerda el día en el que huyó de su localidad. "Nunca olvidaré ese día. Era el 7 de marzo de 2015. Había un grupo de ellos con armas. En unos minutos, quemaron mi casa. Se llevaron todo lo que teníamos. No quedaba nada. Caminé 30 kilómetros para llegar aquí, a Kaga Bandoro, con mis hijos... Estábamos totalmente desesperados y conmocionados", relata.

   Marguerite es madre de diez. También es agricultora. Antes de verse forzada a huir, había trabajado sus tierras durante 20 años.

   "En casa, solía cultivar cacahuetes, mandioca, maíz, sésamo, calabazas, tomates, espinacas, coles, pepinos, quimbombó y arroz", recuerda. "El año pasado, no pude hacer nada. Dependí de la ayuda del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para comer. Mi hermano que trabaja en Bangui me ha estado apoyando para pagar el lugar que tenemos alquilado aquí. Pero necesito ser independiente", sostiene Marguerite.

   Ha sido difícil. Cuenta que no ha comido nada durante las últimas 24 horas. Esto ocurre de vez en cuando, explica, ya que quiere alimentar primero a sus hijos, y hay veces en la que no hay comida suficiente para toda la familia.

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Marguerite espera volver a su localidad algún día. En el futuro inmediato, espera recuperar un cierto sentido de normalidad: cultivar sus propios alimentos y tener suficiente para todos.

SEMILLAS Y HERRAMIENTAS

   Su sueño inmediato está al alcance. En las próximas semanas, recibirá semillas y herramientas de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para planta un terreno próximo a su casa y también alimentos del PMA para superar los próximos meses. Es el periodo antes de la próxima cosecha, conocido como la estación de la escasez, cuando hay menos comida de lo habitual. También es el momento en el que Marguerite, y otros en su situación, necesitan más apoyo.

   "Estoy deseando recibir esta asistencia. Podré centrarme en cultivar de nuevo este año y tener comida para comer entre las estaciones de siembra y de cosecha", afirma.

   "Estos días, cuando es posible, me gano algún dinero horneando y vendiendo rosquillas, pero yo soy agricultora. Esta es la mejor manera de describir lo que soy", sostiene.

SEMILLAS PARA EL CAMBIO

   Ocho de cada diez personas en República Centroafricana dependen de la agricultura. La FAO y el PMA están trabajando juntos para ayudar a las familias de agricultores a obtener sus propios alimentos. Cada año, desde 2014, mediante una iniciativa llamada 'semillas de protección', la FAO y el PMA trabajan en sincronía para suministrar semillas a cerca de 100.000 familias antes de que empiece la temporada de siembra. Durante este periodo, cuando escasea la comida, algunas familias podrían tener de lo contrario que recurrir a comerse las semillas que deberían plantarse.

   El PMA suministra alimentos (cereales, legumbres, aceite y sal) a las familias para que preparen sus comidas ahora y durante la temporada en la que crecen los cultivos, y la FAO suministra semillas (cacahuetes, maíz, arroz, sorgo y judías) y azadas para sembrar a las mismas familias para que puedan comer también en el futuro. En el momento de la cosecha, algunas de las semillas pueden ahorrarse y ser plantadas de nuevo en la siguiente estación.

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  La alianza de la FAO y el PMA es crucial para reducir el hambre ahora y en los años venideros. La entrega de comida a través de la iniciativa de protección de semillas es posible gracias al apoyo financiero de Canadá, la Unión Europea, Japón y Estados Unidos.

   Según un informe publicado en enero, cerca de la mitad de la población, 2,5 millones de personas, se enfrentan al hambre, el doble que un año antes. La subida de los precios, junto a la falta de alimentos, hacen que los centroafricanos se vean obligados a consumir alimentos con bajos nutrientes que no cubren sus necesidades nutricionales.