Pyongyang se compromete a desmantelar su programa nuclear a cambio de energía y concesiones diplomáticas

Actualizado: martes, 13 febrero 2007 15:38

BEIJING, 13 Feb. (EUROPA PRESS/Débora Altit)

Más de tres años de negociaciones y una prueba nuclear de por medio han sido necesarios para que al final todos los países participantes en las conversaciones aceptaran ceder a las exigencias norcoreanas, que ha accedido a detener sus operaciones nucleares a cambio de combustible y que dejará de ser considerada por Estados Unidos como una fuente del terrorismo internacional. El acuerdo ha sido acogido satisfactoriamente por todas las partes y la delegación estadounidense incluso se ha comprometido a resolver en el plazo de un mes las sanciones financieras al régimen norcoreano.

Según el comunicado hecho público esta tarde tras seis días intensivos de negociaciones que a punto estuvieron de malograrse, los norcoreanos clausurarán su principal reactor nuclear, localizado en Yongbyon (al norte de la capital, Pyongyang) en un plazo de 60 días y recibirán como contraprestación una ayuda inicial de "energía, alimentos y otro tipo de ayuda equivalente a 50.000 toneladas de fuel-oil".

Los norcoreanos deberán aceptar la visita de inspectores internacionales para confirmar que la clausura del reactor efectivamente se ha producido y, una vez rebasado el plazo de los 60 días, los ministros de Asuntos Exteriores de los seis países participantes en las negociaciones (Corea del Norte y Estados Unidos más Corea del Sur, China, Rusia y Japón) mantendrán un encuentro especial para perfilar los detalles del acuerdo y abordar una "cooperación en materia de seguridad en el noreste asiático".

Algunos países, asimismo, mantendrán encuentros separados para alcanzar un acuerdo de paz permanente que sustituya al armisticio de 1953, que marcó el fin de la Guerra de Corea, iniciada tres años antes.

Corea del Norte recibirá posteriormente y de forma gradual y aún no establecida, el equivalente a otras 950.000 toneladas de fuel-oil, bajo la condición de facilitar un listado exhaustivo sobre sus instalaciones nucleares y desmantelarlas totalmente.

Además de representar el fin de una Península Coreana nuclearizada, el acuerdo conjunto supondrá el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Corea del Norte y el fin de la pertenencia del régimen norcoreano al denominado "eje del mal" por la Administración Bush.

"Estados Unidos iniciará conversaciones bilaterales con Corea del Norte para normalizar sus relaciones y comenzará el proceso para dejar de designar a Corea del Norte como un estado patrocinador del terrorismo y poner fin a las sanciones comerciales", agrega el documento, que no establece una fecha concreta en este sentido.

No obstante, aunque la mejoría de las relaciones existentes entre norteamericanos y norcoreanos parecen ocupar gran parte del acuerdo, tampoco se deja de lado la situación diplomática entre Corea del Norte y Japón, que tampoco mantienen vínculos.

En concreto, de los cinco grupos de trabajo específicos encargados de la aplicación del acuerdo, uno de ellos se concentrará en las relaciones entre los dos países asiáticos; el resto, estarán orientados a las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, la desnuclearización, la cooperación económica y el mecanismo de paz y seguridad en la región.

Todos ellos se reunirán en el plazo máximo de un mes, y la próxima reunión de las delegaciones de los seis países, para analizar los objetivos alcanzados tras los grupos de trabajo, se ha marcado para el día 19 de marzo. El documento señala también que para la aplicación de los acuerdos se avanzará por fases y se seguirá el principio de la "acción por acción".

REACCIONES SATISFACTORIAS

Los resultados de esta tercera sesión de la quinta ronda de las negociaciones, que se inició en 2003, han sido recibidos con satisfacción por los representantes de las delegaciones.

"Obviamente queda aún un largo camino por recorrer, pero estamos muy satisfechos con este acuerdo", declaró el subsecretario de Estado estadounidense y jefe de la delegación de este país, Christopher Hill, mientras que el ayudante del ministro de Exteriores surcoreano, Chun Yun-woo, definió el documento como un "nuevo hito" hacia la resolución del conflicto. "Considero el acuerdo un nuevo hito en la desnuclearización de la Península Coreana", afirmó Chun. "Lo importante es asegurarse de que el acuerdo se aplica sin contratiempos, a tiempo y sin trabas", añadió.

Por otro lado, Hill ha señalado que el boicot financiero aplicado por su país al Banco Delta Asia, al que acusó de blanquear dinero procedente del régimen norcoreano, en septiembre de 2005 (y que forzó la firma de un comunicado conjunto ese mismo mes, en el curso de las negociaciones), quedará resuelto en menos de un mes.

"Solucionaremos el asunto de las sanciones financieras en un plazo de 30 días", declaró. Las medidas adoptadas por Estados Unidos al banco de Macao en septiembre de 2005 han sido un obstáculo en las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano y han servido de justificación a Pyongyang para boicotear las conversaciones.

En todo caso, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha advertido de que su país no participará en el suministro de ayuda energética prometido a Corea del Norte como contrapartida por el desmantelamiento de su armamento nuclear, según informó la agencia nipona de noticias Kyodo. En cambio, Abe aseguró que Japón sí apoyará el contenido del acuerdo al que se llegó hoy en Beijing.

EL PAPEL DE EEUU

El acuerdo, según algunos analistas, deja en mal lugar a la Administración de George W. Bush, ya que pone en duda la política llevada a cabo durante los últimos dos años. Estados Unidos se había negado a mantener relaciones bilaterales con Corea del Norte, y no ha sido hasta que éstas tuvieron lugar, el pasado enero en Berlín, cuando los acuerdos han podido avanzar.

Según esta teoría, Washington se sitúa en una posición débil, ya que la política actual sigue la línea marcada por la Administración Clinton, y queda en evidencia que el único resultado de su rechazo a negociar fue una mayor militarización de la Península Coreana, que con sus pruebas nucleares de octubre pasado obligó a todas las partes a volver a sentarse a negociar y aceptar sus demandas, que llegaban a exigir, según fuentes japonesas, el suministro de dos millones de toneladas de petróleo anual a cambio de firmar el acuerdo.

Pero, según otros, el único interés del régimen norcoreano sería perpetuarse en el poder y Corea del Norte podría estar valorando cambiar su estrategia y estar buscando en el lejano Estados Unidos una potencia protectora, menos amenazante que las vecinas China o Rusia.