AMSTERDAM 1 Oct. (EP/AP) -
La fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) encargada de la acusación contra el 'señor de la guerra' Thomas Lubanga, acusado de crímenes de guerra en la República Democrática del Congo (RDC), ha solicitado un programa de protección para sus testigos, por considerar que sus vidas y las de sus familiares corren peligro en caso de que se revelen sus identidades.
En respuesta a esta petición, los abogados de Lubanga han afirmado que se trata de una táctica de la fiscalía para retrasar la presentación de pruebas contra su cliente y para acusarle de estar llevando a cabo una campaña de intimidación desde su celda. Esta disputa ha surgido durante una audiencia previa al proceso, en la que se deberá decidir una fecha para el inicio del juicio, el primero que se celebrará en el TPI.
Lubanga, quien fue trasladado a La Haya para su procesamiento en marzo de 2006, está acusado de obligar a cientos de niños a unirse a las filas del brazo armado de su partido, la Unión de Patriotas Congoleños, en la región de Ituri (este), entre julio de 2002 y diciembre de 2003. Las milicias de Lubanga están acusadas de haber entrenado a los niños para matar a los miembros de las tribus rivales.
El fiscal del caso, Ekkehard Withopf, ha informado al Tribunal de que cuenta con 37 testigos dispuestos a declarar, y pidió protección para todos ellos salvo para dos. Hasta la fecha, el TPI ha accedido a proteger a once, por lo que Withopf ha pedido a los jueces que se acelere la decisión sobre el resto.
"La fiscalía está convencida de que todos estos testigos necesitan la protección del tribunal", declaró Withopf, ya que si se revelan sus identidades y se hacen llegar previamente sus testimonios ante la defensa "sus vidas o las de sus familias podrían ponerse en peligro". En este sentido, aseguró que las presiones sobre sus testigos se están incrementando a medida que se acerca el juicio.
Entre estas medidas de protección pidió que las identidades de los declarantes sean confidenciales y que incluso en algunos casos puedan presentarse bajo identidades supuestas.
El abogado de la defensa, Jean-Marie Duval, ha criticado estas peticiones. "La defensa está un poco sorprendida por la forma en que se ha expuesto la situación", afirmó, ya que se podría interpretar como un doble juicio contra Lubanga, uno por los delitos de que se le acusa y otro, "de forma implícita", por intimidación a los testigos. "La defensa no puede aceptarlo, se trata de un juicio dentro de un juicio y es algo completamente injusto", aseveró.
Asimismo, pidió a la acusación que presente sus pruebas, sin censuras, lo antes posible para que la defensa pueda preparar su estrategia, y recordó que la fiscalía ha tardado más de tres años en reunir las evidencias. En respuesta, Withopf aseguró que cuenta con 534 documentos, vídeos y grabaciones en audio para probar sus argumentos y afirmó que podría añadir unos pocos testigos a su lista, pero que el total no va a ser superior a 50.