Ruanda.- Kigali pide a España, ONU e Interpol que ignoren las "infundadas y ridículas" acusaciones contra 40 militares

Actualizado: martes, 12 febrero 2008 14:50

MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de Ruanda ha reclamado a España, a los Estados miembros de la ONU y a la Interpol que "ignoren" el auto de procesamiento dictaminado la semana pasada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu contra 40 militares del Gobierno ruandés por delitos de genocidio, crímenes de lesa humanidad y terrorismo, unas acusaciones que calificó de "infundadas y ridículas".

"El Gobierno de Ruanda insta a España y a los otros Estados miembros de Naciones Unidas a negarse a dar curso a estas infundadas y ridículas actas de acusación", afirmó el Gobierno en un comunicado. Asimismo, "se ha reclamado en particular a Interpol que ignore estas órdenes de arresto", añadió.

"El llamado auto judicial está lleno de expresiones de odio y racistas, de negaciones del genocidio y de falsedades absolutas", añadió. Con este procesamiento, manifestó el Gobierno, la Justicia española "ha transformado a los autores del genocidio en héroes".

A juicio del Gobierno de Kigali, la competencia universal para los casos de genocidio y crímenes contra la Humanidad "no autoriza" a la Justicia española "a negar el genocidio ruandés, un hecho establecido por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda".

Según los testimonios de 22 ruandeses en el exilio recogidos por Andreu, los 40 militares acusados --todos ellos de la etnia tutsi y que actualmente ocupan cargos destacados tanto en la administración como en misiones de la ONU-- lanzaron desde octubre de 1990 "diversas acciones organizadas y sistemáticas con el objetivo de eliminar a la población civil" de la etnia hutu. Una vez conseguido el poder en 1994, habrían creado "un régimen de terror y una estructura paralela a la del Estado".

El auto indica también que aparte de los más de 800.000 civiles, en su gran mayoría tutsi, asesinados en apenas un centenar de días entre abril y julio de 1994 (el llamado "genocidio ruandés"), el Estado mató, torturó y desplazó a lo largo de los años noventa a otros cuatro millones de personas, en lo que fue calificado como el "contragenocidio".