MOSCÚ 3 Sep. (EP/AP) -
Rusia no cederá en dos cuestiones que considera "claves" en su política exterior: su oposición a la instalación del sistema antimisiles de Estados Unidos en Europa Central y a la resolución del contencioso de Kosovo sin alcanzar un acuerdo con Serbia, según explicitó hoy el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov.
"Nuestros socios tienen que entender que no regateamos", afirmó Lavrov ante los estudiantes del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, la escuela de diplomacia más importante.
"Debería entenderse que para la política exterior de no confrontación de Rusia existen 'líneas rojas' que no podemos cruzar ya que en esos ámbitos existen amenazas reales a nuestra seguridad nacional o para el orden actual del Derechos Internacional", indicó. "Entre ellas se encuentran, por ejemplo, los planes para la instalación de bases en la Europa del Este que forman parte de un sistema de defensa antimisiles global de Estados Unidos y la resolución de Kosovo", explicó.
Estas declaraciones apuntan a que no habrá cambios importantes a corto plazo en los dos principales contenciosos que enfrentan a Moscú con los gobiernos occidentales.
Lavrov también criticó a Reino Unido por su postura en el caso de la extradición de Andrei Lugovoi, el ciudadano ruso acusado por Londres del envenenamiento y asesinato del disidente y ex espía Alexander Litvinenko. Moscú alega que su Constitución prohíbe tales extradiciones, pero asegura que juzgará a Lugovoi en Rusia si Reino Unido presenta pruebas suficientes.
"Es una lástima que ante la ausencia de pruebas convincentes contra Lugovoi Londres haya optado por un ruidoso espectáculo de propaganda", argumentó Lavrov.
Además, el Gobierno ruso argumenta que Londres también se niega a extraditar al empresario ruso Boris Berezovsky o al separatista checheno Ajmed Zakayev. Ambos tienen el asilo concedido por las autoridades británicas.
"No creo que los británicos, tras asumir la decisión hace varios años de conceder asilo político a ciertos personajes odiosos, quisieran manipular conscientemente los asuntos internos rusos. Sin embargo, Londres se ha situado gradualmente, voluntariamente o no, como un participante directo de las intrigas en Rusia", indicó.