La situación de migrantes y refugiados empeora en Libia: "Ahora hasta la comida es un problema"

Vuelo de retorno voluntario para migrantes en Libia
OIM/MOAYAD ZAGHDANI
Publicado: lunes, 12 noviembre 2018 12:15

MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

Miles de migrantes y refugiados siguen atrapados en una Libia donde la situación siempre puede ir a peor. Ahora, según Naciones Unidas, "hasta el acceso a la comida es un problema" en los centros donde las autoridades recluyen a quienes llegan al país norteafricano de forma irregular, para preocupación de las agencias internacionales que intentan ayudar a este colectivo.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 5.400 migrantes y refugiados están recluidos en los centros gestionados por las autoridades libias, unas opacas instalaciones donde no se respetan los mínimos estándares de protección y Derechos Humanos. ACNUR considera que unas 4.000 de estas personas están en situación de especial vulnerabilidad.

"Hace unos meses, pensaba que no podría ir a peor. Me equivoqué", ha lamentado el enviado especial de ACNUR para la situación del Mediterráneo central, Vincent Cochetel, en una entrevista publicada por la organización en su página web. Cochetel, que ha visitado recientemente alguno de estos centros, ha alertado de que "la situación sigue siendo desoladora".

"Ahora, hasta el acceso a la comida es un problema y hay un brote de tuberculosis en varios centros de detención", ha dicho, al relatar la situación en la que se encuentran miles de migrantes "desesperados, hambrientos y traumatizados" por una situación incierta que les lleva incluso a quitarse la vida.

ACNUR estima que más de 56.000 personas se han registrado como refugiados y solicitantes de asilo en Libia, pero pocas opciones existen en un país "que no se considera a sí mismo como un país de asilo", a pesar de los tratados firmados y teóricamente en vigor.

Estas reticencias se traducen también en obstáculos para que las organizaciones internacionales no puedan obtener un registro fiable de los migrantes que tienen derecho a asilo. "El registro no garantiza la protección, pero nos demuestra al menos que personas que buscan protección internacional están detenidas de forma arbitraria y durante un periodo ilimitado de tiempo", ha señalado Cochetel.

Sin estas garantías, ha añadido, es "fácil" que sean "etiquetados" como migrantes, lo que aumenta también la posibilidad de que sean devueltos a su lugar de origen "sin tener en cuenta antes por qué abandonaron su país". La situación es tal que ahora ACNUR ni siquiera pueda obtener la excarcelación de los más vulnerables.

"Registramos a solicitantes de asilo y refugiados de nueve nacionalidades distintas con la esperanza de protegerlos contra las desapariciones forzadas, conocer su itinerario y determinar posibles soluciones en función de sus perfiles individuales", ha explicado el portavoz de la agencia, que ha hablado del registro como un "derecho".

EL RETORNO ES LA ÚNICA OPCIÓN

El acceso a los centros de detención es "impredecible" y el nivel de asistencia "está por debajo de todas las normas y estándares" internacionales. "En estas condiciones, hay más personas que piden volver a sus países de origen. ¿Es un retorno voluntario o fruto de la coacción?", se ha preguntado Cochetel.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reanudó la semana pasada su programa de repatriaciones voluntarias desde el sur de Libia, en concreto desde la ciudad de Sebha. Un vuelo chárter sufragado con fondos de la UE trasladó a 75 hombres, 30 mujeres, seis niños y nueve bebés hasta la capital de Nigeria, Lagos, donde la OIM dará también seguimiento a estas personas.

En lo que va de año, la OIM ha facilitado este retorno a 14.622 personas, de los cuales más de 3.500 han regresado a Nigeria --por detrás en cuanto a cifras se situaría Malí y Níger--, según un comunicado de la organización.

La otra opción es el reasentamiento en terceros países, una iniciativa que promueven ACNUR y la OIM y que se tradujo el 7 de noviembre en la evacuación de 44 refugiados desde Libia a Italia. También en este caso, quienes embarcaron en Trípoli para aterrizar en Roma se benefician de asistencia antes y después de su viaje.

ACNUR ha informado de que, desde septiembre de 2017, casi un millar de personas han sido reubicadas gracias a una red de colaboración de la que forman parte actualmente doce países: Bélgica, Canadá, Finlandia, Alemania, Italia, Malta, Países Bajos, Noruega, Suecia, Suiza y Reino Unido. Estos países han ofrecido más de 3.800 plazas para aliviar la situación en las zonas de Libia y Níger.

Es la opción más segura para quienes quieren evitar el peligroso viaje del Mediterráneo, que ya se ha cobrado más de 2.000 vidas en 2018. La ruta hacia Italia, alimentada en su mayoría por las salidas de pateras desde la costa de Libia, suma más de 1.200 fallecidos, según el último recuento de la OIM.

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