ESTOCOLMO 8 Mar. (EP/AP) -
El Gobierno sueco presentó hoy un plan para permitir a la agencia de inteligencia que vigile el tráfico de correos electrónicos y llamadas que cruzan las fronteras de la nación sin necesidad de una orden judicial.
El Gobierno insiste en que sólo una parte de las comunicaciones electrónicas se verían afectadas por esta medida, opero los detractores alegan preocupación de que dicho programa, diseñado para combatir el terrorismo y otras amenazas a la seguridad nacional, vaya demasiado lejos.
La propuesta sueca, que necesitará una aprobación parlamentaria para entrar en vigor, daría la luz verde al Establecimiento Nacional de la Defensa para usar un software informático sensible a palabras clave en todas las llamadas y correos electrónicos que pasen dentro de las fronteras del país.
A día de hoy, este tipo de tráfico solo puede controlarse con una aprobación de un juez si la policía tiene sospechas de un crimen.
EL Gobierno sueco afirma que sólo está interesado en el tráfico internacional, y que los emails y llamadas entre suecos quedarán descartadas. El ministro de Defensa, Mikael Odenberg, defendió la medida, alegando que ayudará a la protección de los ciudadanos.
"Podría ser que estemos interesados en conocer más sobre el programa de armas nucleares del país A, o de armas biológicas del país B. Se orienta en este sentido", dijo.
Sin embargo, los críticos del programa aseguran que es imposible garantizar que el Gobierno no accederá a comunicaciones privadas entre suecos, ya que muchos correos electrónicos se envían a través de servidores extranjeros.
Incluso la Policía de seguridad del país escandinavo, SAPO, ha criticado la medida, alegando que viola la integridad personal. La oposición de los Verdes y partidos de izquierdas ya ha anunciado que tratará de vetar la medida cuando llegue al Parlamento a finales de este año.
El principal partido opositor, los socialdemócratas, aún no ha anunciado su postura. "Vamos a evaluar si hay suficientes garantías para salvaguardar la integridad de la gente", dijo el ex ministro socialdemócrata de Justicia, Thomas Bodstrom.