Aung San Suu Kyi
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Actualizado: martes, 30 agosto 2016 17:11

RANGÚN, 30 Ago. (Reuters/EP) -

La líder birmana y premio Nobel de la Paz, Aun Suu Kyi, ha puesto en marcha su plan para poner fin a décadas de enfrentamientos entre rebeldes y Ejército con una gran mayoría de los grupos armados del país participando en una conferencia de paz que comenzará este miércoles en la capital, Naipyidó.

Suu Kyi ha convertido el proceso de paz en una de las grandes prioridades de su Administración, la cual tiene altas expectativas tras haber llegado al poder en las elecciones del pasado noviembre que pusieron fin a más de medio siglo de liderazgo respaldado por la junta militar.

Los distintos grupos armados que actúan en las regiones fronterizas con China rechazaron firmar un alto el fuego en octubre con el anterior Gobierno, algo que ha cambiado en parte debido al apoyo táctico que ha mostrado China. Según los expertos, estos avances en tan solo meses suponen un gran progreso para el país.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Birmania sufre de manera prácticamente ininterrumpida las consecuencias de los enfrentamientos entre el Ejército, que llegó al poder tras el golpe de 1962, y los grupos armados de carácter étnico que han estado pujando por el reconocimiento de sus derechos y una mayor autonomía paralela al Gobierno central.

La reunión entre autoridades y milicias, que comenzará este miércoles, ha sido bautizada como la Conferencia de Panglong del Siglo XXI, en referencia al acuerdo al que llegaron en 1947 la mayoría burma y el resto de minorías étnicas y que supuso la formación de la Unión de Burma. El proyecto fue impulsado por el padre de Suu Kyi, el general Aung San, considerado héroe nacional.

"La ambición de la Conferencia de Panglong de 1947 era la independencia. La ambición de hoy es la paz local y la unidad del país", ha asegurado el periodista veterano Phoe Thauk Kyar.

NUEVOS ENFRENTAMIENTOS

Algo que ha arrojado un cierto ápice de sombra sobre las conversaciones son el reciente repunte de violencia que ha sufrido el estado de Kachin, en el norte del país, y las protestas en el estado de Shan, donde están radicados algunos de los principales grupos armados que operan cerca de las fronteras con China y Tailandia.

El Ejército, que sigue teniendo una amplia influencia, se ha mostrado fuertemente en desacuerdo con que en las conversaciones de paz participen los grupos armados Ejército de Arkán, Ejército de Liberación Nacional Taang y el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Birmania. Aún no está claro si estos grupos participarán en las conversaciones, a las que asistirá el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.

Ambas partes han mostrado su voluntad para hablar, pero el Ejército ha pedido a los rebeldes que abandonen las armas primero, algo que los tres grupos han rechazado, alegando la continua presión que reciben por parte del Ejército.

"El Gobierno ha asegurado que estos tres grupos serían aceptados (a las conversaciones) si anuncian que abandonan su política de conflicto armado", ha asegurado el vicepresidente del comité de la Conferencia, Thu Wai, quien no ha dado más detalles al respecto.

Lo que sí ha esclarecido es que los grupos podrían ser admitidos a las conversaciones uno o dos días después del comienzo de las mismas, las cuales durarán hasta el fin de semana.

La participación de China en las conversaciones se produce en un marco de competencia con Estados Unidos por una mayor influencia en la región, cuyo máximo exponente son las disputas territoriales que se producen en el mar de China Meridional, donde ambos países y aliados pujan por un mayor control.

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