Aung San Suu Kyi
SOE ZEYA TUN / REUTERS
Actualizado: miércoles, 24 mayo 2017 18:24

RANGÚN, 24 May. (Reuters/EP) -

La líder del Gobierno birmano y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, ha iniciado una nueva ronda de conversaciones este miércoles con algunos de los principales grupos étnicos del país, en un intento de reavivar un estancado proceso de paz después de un año en el que se han registrado algunos de los enfrentamientos más graves con los rebeldes en años.

La conferencia de paz se ha celebrado en medio de fuertes tensiones entre los diferentes grupos armados que hay en Birmania y el Gobierno de la premio Nobel de la Paz. Los analistas aseguran que es muy poco probable que se unan nuevos rebeldes al acuerdo de paz que estableció la anterior Administración.

Poner fin a décadas de conflicto es la prioridad de Suu Kyi, un objetivo que la líder percibe como clave para acabar con el bloqueo económico del país.

En su discurso inaugural, Suu Kyi ha urgido a los nuevos líderes rebeldes a unirse al Acuerdo Nacional de Alto al Fuego (NCA, por sus siglas en inglés) negociado en 2011 por un Gobierno civil de transición tras la caída del régimen militar.

Suu Kyi ha apuntado que el NCA no es una meta en sí mismo, sino un primer paso hacia el diálogo completo. "Reconocemos que las negociaciones pueden causar algún que otro problema superficial, pero sólo el diálogo político puede acabar con los conflictos sociales", ha declarado Suu Kyi.

La consejera de Estado y líder 'de facto' del país ha dicho que "la puerta del diálogo" con aquellos grupos rebeldes que todavía no han firmado el acuerdo de paz continúa abierta y ha prometido que no descansará hasta traerles "bajo el paraguas del NCA".

Algunos de los representantes de los diferentes grupos disidentes se han quejado en el pasado de que Suu Kyi ha actuado de forma autoritaria, dictando de forma unilateral las condiciones e ignorando con frecuencia sus quejas y peticiones.

A pesar de que algunos de los grupos disidentes que habían mantenido enfrentamientos con las fuerzas de seguridad birmanas han acudido al encuentro, otros con los que la relación con el Ejército parecía haber mejorado han decidido no ir en el último momento.

CONFLICTOS REAVIVADOS

El ministro de Asuntos Exteriores de China, Lu Kang, ha declarado este miércoles en Pekín que su Gobierno apoya todos los esfuerzos por parte del Ejecutivo birmano en el proceso de reconciliación en el país y ha hecho un llamamiento a todas las partes implicadas para que resuelvan sus diferencias.

Dentro de la red de agrupaciones rebeldes en Birmania, hay varios grupos cuyo centro de actividad es la frontera con China. El enviado especial de Pekín, Sun Guoxiang, uno de los presentes en la conferencia de paz de este miércoles, ha pedido a todos los participantes que intenten acercar posturas.

El general en jefe del Ejército Min Aung Hlaing ha declarado ante la conferencia que firmar el NCA no es sinónimo de rendición para los grupos armados y ha jurado que las fuerzas armadas cumplirán con su parte del tratado y buscarán la manera de poner fin a los enfrentamientos.

No obstante, también ha advertido a los presentes que pedir demasiada autonomía supone ir más allá de la legislación birmana. "Esos actos van en contra de los deseos y derechos del pueblo birmano, que tiene grandes expectativas de la democracia y del proceso de paz", ha señalado.

El año de Gobierno de Suu Kyi se ha visto eclipsado por diversos conflictos armados, que han provocado el desplazamiento de más de 160.000 personas. Una de las crisis más graves es la situación de la comunidad rohingya, que profesa la fe musulmana, en el estado de Rajine, en el noreste del país.

A pesar de que se está llevando a cabo una campaña militar a gran escala contra los rohingya, motivada por la muerte de 9 policías en un ataque contra un puesto fronterizo por parte de insurgentes, la situación en Rajine no forma parte de la agenda de la conferencia de paz.

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