KABUL, 23 Mar. (Reuters/EP) -
Los talibán no están participando en las conversaciones de paz entre una facción insurgente y el presidente afgano, Hamid Karzai, y no acordarán celebrar este tipo de conversaciones hasta que las tropas occidentales se retiren del país, según indicó este martes un portavoz talibán, Zabihulá Mujahid.
La oficina de Karzai anunció ayer que había mantenido sus primeras conversaciones directas en Kabul con una delegación del grupo Hezb-i-Islami, uno de los tres grupos insurgentes principales en el país y que rivalizan con los talibán.
La reunión suponía un éxito sin precedentes en los esfuerzos de Karzai para ponerse en contacto con los insurgentes este año, un momento crucial en el que Washington prevé enviar soldados adicionales antes de comenzar a retirarlos el año que viene.
La delegación del grupo insurgente presentó un plan de paz de 15 puntos, incluida una petición a todas las tropas extranjeras para retirarse este año, aunque un portavoz señaló que las peticiones son negociables.
Un plan de paz separado con Hezb-i-Islami podría cambiar el equilibrio de poder sobre el terreno en el este y en el noreste del país, donde el grupo es más activo. El portavoz talibán señaló que su movimiento, que se refiere a sí mismo como el Emirato Islámico de Afganistán --el nombre del país mientras gobernaron, desde 1996 hasta 2001--, no había alterado su posición, que consiste en no mantener conversaciones de paz hasta que no haya una retirada de las tropas.
"El Emirato Islámico tiene una posición clara. Hemos dicho esto en muchas, muchas ocasiones. No habrá conversaciones mientras haya soldados extranjeros en suelo afgano matando inocentes cada día", aseguró Mujahid. "Si los representantes de Heb-i-Islami están en Kabul manteniendo conversaciones, es su opción", añadió.
Los talibán tienen sus bases en el sur, pero operan a través de prácticamente todo el país. Los insurgentes talibán se enfrentaron hace dos semanas con los milicianos de Heb-i-Islami en el norte del país, lo que, según el Gobierno, movió a las guerrillas del segundo grupo a buscar su protección.
La OTAN considera a Hezb-i-Islami, cuyo líder fue un destacado cabecilla guerrillero que luchó contra los soviéticos durante la década de los ochenta del siglo XX, uno de los tres mayores grupos insurgentes de Afganistán. Esta facción armada ha luchado desde hace años contra fuerzas de la OTAN y del Gobierno central afgano en el este y en algunas zonas del norte del país.
