MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los talibán han negado este martes ser los responsables de la colocación de la mina que estalló el lunes en la zona de Jairkut, ubicada en la provincia de Paktika, matando a siete niños, y han asegurado que el artefacto era propiedad de una milicia afiliada al Gobierno.
"Hace dos días, las milicias marioneta conocidas localmente como Arbaki desalojaron uno de sus puestos en la localidad de Jair Kot, dejando atrás múltiples explosivos. Desconocedores de su fortuna, los niños se acercaron al puesto para recuperar los metales y otros objetos abandonados, muriendo tras explotar una de las minas", ha indicado el grupo a través de un comunicado.
"Con el objetivo de cargar este grave crimen sobre los hombres de los 'muyahidin', el enemigo, como suele hacer, dio a varios medios desinformación sobre lo que había ocurrido sin aclarar cuál era la situación real", ha agregado.
En este sentido, ha sostenido que "basta con preguntar a los residentes de la localidad para levantar el velo de la propaganda y conocer todos los detalles". "Así, pese a que el enemigo nos ha acusado del suceso, los residentes son conscientes de lo que ha pasado", ha remachado.
Tras el suceso, el portavoz del Gobierno regional, Mujlis Afghan, culpó a "los enemigos del país" de lo ocurrido, aunque no nombró directamente a los talibán ni a ningún otro grupo insurgente.
Según la Misión de Asistencia de la ONU para Afganistán, en los primeros seis meses del año han muerto por incidentes violentos 231 menores de edad. De ellos, la mayoría perdieron la vida en choques entre insurgentes y las fuerzas afganas.
