MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
Al menos siete personas han muerto -- cuatro civiles y tres policías -- y otros ocho han resultado heridos en el asalto perpetrado este sábado por un grupo de terroristas todavía no identificado, tres de los cuales han fallecido en el ataque, contra la sede del Ministerio de Información en el abarrotado centro de Kabul.
Los talibán, inmersos por partida doble en negociaciones de paz con el Gobierno y en una nueva ofensiva aprovechando el fin del invierno, han negado toda participación en este ataque.
De hecho, ningún grupo ha asumido la responsabilidad de un ataque que rompe semanas de relativa calma en la ciudad, y ocurre cerca de puntos turísticos de la capital. El distrito PD2, escenario del incidente, es uno de los más concurridos, con zonas comerciales y hoteles como el Serena, ocupados por extranjeros.
El asalto comenzó con la detonación de un coche bomba con un terrorista suicida al volante frente al complejo presidido por el Ministerio, un edificio de 18 plantas, construido por Rusia, y ocupado este sábado, día laborable, por 2.800 personas, la mayor parte de las cuales fueron evacuadas nada más empezar el atentado.
El edificio contenía una guardería donde se encontraban varios niños, hijos de los empleados. Todos ellos, en principio se encuentran ilesos. "Estábamos comiendo cuando escuchamos la explosión", ha explicado Rabia, una de las trabajadoras infantiles. "Cogimos a los niños, les metimos en una habitación de seguridad y no salimos hasta que llegaron las fuerzas de seguridad".
Los ocho heridos, entre ellos seis mujeres, son todos civiles y su pronóstico es reservado. Algunos de ellos se quedaron atrapados en el edificio en el momento en que otros tres terroristas hicieron acto de presencia y abrieron fuego indiscriminado. Todos ellos iban disfrazados de guardias de seguridad y policías.
La Policía rodeó inmediatamente la zona e inició un tiroteo con los terroristas, que se atrincheraron durante varias horas en el primer piso hasta que las fuerzas de seguridad lograron acabar con ellos, según ha confirmado el portavoz del Ministerio del Interior, Nasrat Rahimi, a Tolo News.
