Tokio fortalecerá sus sistemas de defensa aérea para evitar intrusiones chinas

Actualizado: sábado, 15 diciembre 2012 9:48


MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -

El jefe de Gabinete de Japón, Osamu Fujimura, ha afirmado este viernes que el Gobierno nipón fortalecerá sus sistemas de defensa aérea para evitar intrusiones de aviones chinos, según ha informado la cadena de televisión pública japonesa NHK.

Esta es la última respuesta de las autoridades niponas al vuelo el jueves de un avión chino sobre las islas Senkaku/Diaoyu, en el Mar Oriental de China, cuya soberanía se disputan ambos países. En este sentido, ha advertido que Tokio responderá con resolución a toda violación de su soberanía.

Tras el incidente, las Fuerzas Armadas de Japón decidieron enviar ocho aviones de combate F-15, según el Ministerio de Defensa. Las autoridades japonesas precisaron posteriormente que el avión chino ya había abandonado la zona.

Por su parte, el portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Hong Lei, declaró en rueda de prensa que el vuelo de la aeronave china fue "completamente normal", ya que "las islas Diaoyu y las islas vinculadas son parte inherente del territorio de China".

La disputa territorial se remonta a 1895, cuando Japón se anexionó formalmente las islas para construir una planta procesadora de atún que dio empleo a 200 personas, aunque en 1940 el negocio se desplomó y las islas quedaron desiertas.

Entre 1945 y 1972, el archipiélago permaneció bajo dominación estadounidense, como parte de los acuerdos alcanzados entre Washington y Tokio tras la Segunda Guerra Mundial. Desde la salida estadounidense de las islas, China y Taiwán reclaman su soberanía.

China alega que descubrió el archipiélago en el siglo XIV y, a pesar de las tensas relaciones que mantiene con Taiwán, reconoce que algunas islas pertenecen al territorio como parte de la ciudad de Toucheng, ubicada en el condado de Yilan.

En cambio, Japón asegura que el archipiélago pertenece al completo a la ciudad de Ishigaki, ubicada en la prefectura de Okinawa, y, por tanto, rechaza las reivindicaciones chinas y cualquier acuerdo alcanzado entre Pekín y Taipei.