MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Interior de Túnez ha desmentido este martes la existencia de un aparato de seguridad paralelo en el país, en respuesta a las críticas vertidas contra las acciones de las Ligas de Defensa de la Revolución tras el asesinato el miércoles del político Chokri Belaid, líder del Movimiento Patriótico Democrático Unificado, fuerza marxista y panárabe que forma parte del Frente Popular.
"Únicamente las fuerzas de seguridad están habilitadas para mantener el orden y proteger a los ciudadanos y sus bienes, en coordinación con las unidades del Ejército", ha indicado el portavoz del Ministerio de Interior, Jaled Tarruche.
"A pesar de que el ministerio saluda la iniciativa de algunos ciudadanos de proteger sus localidades de actos de violencia, recuerda que nadie puede reemplazar al aparato de seguridad", ha agregado, según ha informado la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.
En este sentido, el ministro de Interior, Alí Laarayedh, ha dado instrucciones para que se informe a estos grupos de que tienen prohibido organizar patrullas, al tiempo que ha advertido de que se detendrá a todas aquellas personas que infrinjan esta directiva.
El viernes, las Ligas de Defensa de la Revolución de la provincia tunecina de Siliana anunciaron su disolución, noticia que fue acogida favorablemente por los representantes de la sociedad civil y los habitantes de la región.
Belaid fue asesinado el 6 de febrero cuando salía de su casa por un hombre armado que huyó del lugar en una motocicleta. Su asesinato provocó que miles de personas salieran a protestar a las calles en Túnez y en ciudades como en Sidi Bouzid, la cuna de la revolución que acabó con el régimen liderado por Zine el Abidine ben Alí el 14 de enero de 2011, protestas que se han extendido hasta la jornada de hoy.
Belaid había encabezado en los últimos meses una campaña de denuncias contra la presunta complicidad de Ennahda y las Ligas de Defensa de la Revolución, que algunos opositores describen como el brazo armado del movimiento islamista.
Días antes de su asesinato, proporcionó una lista de presuntos miembros de Ennahda involucrados en el ataque contra un acto del Frente Popular en la localidad de Le Kef. Asimismo, acusó al Ejecutivo tunecino de connivencia con los episodios de violencia política en el país.