KIEV 20 Nov. (EP/AP) -
El balance de víctimas mortales por la explosión de gas metano ocurrida en una mina de carbón de Ucrania el pasado fin de semana se eleva ya a 88, según informaron las autoridades, que se preparan para los funerales por los fallecidos mientras las banderas de todo el país siguen ondeando a media asta.
Así pues, cada vez son menos las esperanzas de encontrar vivos a los más de 20 operarios que están desaparecidos desde que tuvo lugar la deflagración en la mina de Zasyadko, en la ciudad de Donetsk, corazón de la industria del carbón de Ucrania. El Gobierno ha declarado el día de hoy como día de luto en todo el país.
Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia, ya han sido recuperados 88 cadáveres, de modo que se trata del mayor siniestro en las minas ucranianas desde la desintegración de la Unión Soviética en 1991, cuando el país consiguió la independencia. En marzo de 2000, una explosión en una mina de carbón en la región de Luhansk acabó con la vida de 81 trabajadores.
Los cuerpos que han sido recuperados del túnel de la mina estaban calcinados, lo que indica que los que todavía no han sido encontrados quizá no hayan sobrevivido, explicó Mykhailo Volynets, presidente de la Unión Independiente de Mineros. "Desafortunadamente, no hay esperanza", añadió.
El presidente del país, Viktor Yushchenko, ha ordenado al Gobierno la creación de una comisión de investigación del accidente y ha hecho un llamamiento para revisar el sector minero del carbón.
FALTA DE SEGURIDAD
Más de dos tercios de las aproximadamente 200 minas de carbón de Ucrania están clasificadas como peligrosas debido a los altos niveles de metano en su interior. Los expertos consideran que las minas de este país son particularmente profundas y que los niveles de metano se incrementan a mayor profundidad. Las minas deben ser ventiladas para prevenir explosiones, pero algunas tienen un equipamiento muy obsoleto.
Sin embargo, el viceprimer ministro, Andriy Klyuyev, aseguró que este no era el caso de la mina de Zasyadko. "Esta es una de las minas más avanzadas y tiene modernos sistemas de protección contra el metano. Desafortunadamente, la profundidad es uno de nuestro mayores problemas", señaló.
Pero Volynets denunció que los propietarios de las minas desatienden habitualmente las normas de seguridad y debido a que los trabajadores son pagados en función del carbón que extraigan, no por horas, muchos de éstos inutilizan los monitores que muestran el nivel de metano para poder seguir trabajando.