BRUSELAS, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea está haciendo las cosas bien para destinar el 0,7% de su Producto Interior Bruto (PIB) a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en 2015, compromiso adquirido por la comunidad internacional durante la cumbre de Monterrey de 2002, lo que la convierte en el primer donante mundial al aportar el 57% total de la ayuda. Así, cada europeo destinó en 2006 a este capítulo casi cien euros, frente a los 53 euros de los ciudadanos norteamericanos o los 69 de los japoneses.
No obstante, persisten notables diferencias dependiendo de los Estados miembros y por eso la Comisión Europea presentó hoy una serie de medidas concretas, entre ellas diseñar una 'hoja de ruta' que especifique cómo se alcanzarán las metas individuales. Bruselas dio a conocer también una estrategia europea para que la ayuda al comercio sea de 2.000 millones de euros anuales a partir de 2010.
Tres países, Grecia, Italia y Portugal, que dedicaron, respectivamente el 0,16%; el 0,20% y el 0,21%, se situan a la cola de su contribución al desarrollo y no lograron alcanzar el objetivo intermedio individual que requería un 0,33% de su PIB en concepto de AOD para 2006. Grecia es, de hecho, el último donante del mundo, según datos de la OCDE.
España, por su parte, alcanzó el 0,32% de su PIB mientras que la lista de buenos alumnos la encabeza Suecia, que destina un 1,03% de su renta. Dinamarca, Luxemburgo y Países Bajos contribuyen también con un alto porcentaje y, con un 0,8% de su PIB, superan el compromiso global de los Objetivos del Milenio.
Además de las diferencias por países, otro motivo de inquietud en Bruselas es que algunos Estados miembros, como Reino Unido, Francia o Alemania, cumplen sus objetivos individuales a costa de llevar a cabo fuertes operaciones de anulación de deuda, por ejemplo hacia Irak o Nigeria.
Las condonaciones de la deuda son útiles para el desarrollo, según la Comisión, pero dado que no se renueva todos los años es imperativo que, si se quiere lograr el objetivo intermedio que la UE se ha fijado para 2010, estos países hagan un esfuerzo presupuestario especial en los próximos años.
Así pues, aunque el balance es muy positivo, la Comisión quiere limar las disparidades y por eso pedirá antes de fin de año un calendario concreto, una especie de 'hoja de ruta' detallada, para que especifiquen cómo aumentarán anualmente su AOD para lograr el objetivo colectivo en 2010 de destinar el 0,56%. Y el calendario entre 2010 y 2015 para alcanzar el 0,7%. La Comisión hará un seguimiento estricto y elaborará un informe anual para ver si se respetan, tanto de manera individual como colectiva, estos compromisos.
MAS AYUDA AL COMERCIO
Otra de las propuestas presentadas hoy se centra en la ayuda al comercio, un elemento fundamental de la negociación para los Acuerdos de Asociación Económica con los países de Africa, Caribe y Pacífico (ACP). Bruselas entiende que no sirve de nada liberalizar el comercio si no se apoya al país a reforzar su legislación, su política comercial, su capacidad productiva y sus infraestructuras.
A finales de 2005, la UE se comprometió a destinar a partir de 2010 una cantidad de 2.000 millones de euros anuales de ayuda al comercio, de los cuales 1.000 millones correrán a cuenta de la Comisión Europea y los otros 1.000 a cuenta de los Estados miembros. A la vista de que en el momento actual los Estados miembros están lejos de esta meta porque no destinan más que 300 millones anuales, la Comisión plantea fijar un objetivo intermedio de 600 millones anuales en 2008.
Otra apreciación que hace Bruselas es que los países no pueden actuar por su cuenta cuando se han establecido compromisos colectivos en materia de ayuda al comercio. En este sentido, la Comisión quiere que se tengan en cuenta cuatro elementos esenciales. El primero, un plan para ver cómo se logrará de aquí a 2010 el objetivo colectivo. El segundo, reforzar todo lo que va más allá del área tradicional de comercio.
En tercer lugar, respetar plenamente la llamada 'Agenda de París' sobre la eficacia de la ayuda y mantener un enfoque colectivo, es decir, programaciones comunes e instrumentos colectivos. El cuarto y último elemento de la estrategia es explicitar los recursos para apoyar los Acuerdos de Asociación Económica y, según Bruselas, los países tendrían que destinar más del 50% de su ayuda a este capítulo.