ROMA 4 Abr. (de la corresponal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El Papa Benedicto XVI nombró hoy al actual secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, camarlengo de la Iglesia Católica, cargo que hasta ahora ostentaba el español Eduardo Martínez Somalo, quien presentó su renuncia el pasado 31 de marzo, tras cumplir 80 años.
El Romano Pontífice envió una carta a Martínez Somalo, en la que expresaba su "vivo agradecimiento" por su "solicitud, competencia y amor" con que ha desempeñado esta tarea tan "delicada", subrayó.
En particular, manifestó su "sincero aprecio" por la "gran dignidad" y "solemne sobriedad" que demostró este cardenal de origen riojano durante el fallecimiento y funerales de Juan Pablo II, así como durante el periodo de la Sede Vacante y el desarrollo del Cónclave.
En su misiva, que el Vaticano hizo pública a través de un comunicado, el Papa también reconoció la labor realizada por el purpurado español al frente de otras instituciones eclesiásticas.
Martínez Somalo fue nombrado camarlengo en 1993 por Juan Pablo II, en sustitución del cardenal Sebastiano Baggio, que había fallecido quince días antes. Ordenado sacerdote en 1950, entró en el servicio diplomático de la Santa Sede, pasando por diversos cargos, entre los que destacan el de nuncio apostólico en Colombia y sustituto de la Secretaría de Estado.
En 1988, fue nombrado cardenal por Juan Pablo II, junto a otros 26 candidatos. Posteriormente desempeñó el cargo de prefecto para la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y más tarde, se convirtió en prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y para las Sociedades de Vida Apostólica.
Con el 80 aniversario de Martínez Somalo, España se queda con sólo cuatro cardenales electores en caso de Cónclave, ya que una vez cumplidos los 80 años, los purpurados dejan de participar en esta asamblea específica para el momento de la elección papal.
El camarlengo es quien asume el gobierno provisional de la Iglesia católica desde que fallece el Papa y hasta que se nombra otro. De hecho, el camarlengo es quien debe dar a conocer la noticia de la muerte del Romano Pontífice al vicario general para Roma, para que éste lo dé a conocer a la opinión pública. Asimismo, es el encargado, junto a sus prefectos, de convocar el cónclave para la designación del nuevo Papa.