Vaticano.- La Iglesia católica se compromete a "no herir la sensibilidad de los demás cristianos"

ROMA 23 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -

El Papa y un los cardenales de la Iglesia católica se comprometieron hoy a poner más atención en sus "formas de comunicación", con el objetivo de "no herir la sensibilidad de los demás cristianos", con ocasión de la reunión sobre "diálogo ecuménico" que mantuvieron hoy a puerta cerrada en el Vaticano.

Asimismo, los purpurados renovaron el empeño de la Iglesia para avanzar en el camino de la "purificación de la memoria", según señaló la sala de prensa del Vaticano a través de un comunicado.

El encuentro, que se formuló como "un encuentro de oración y reflexión" tuvo lugar en el Aula Nueva del Sínodo de los Obispos del Vaticano y empezó a las 9.30 horas de esta mañana con un primer saludo del cardenal decano del Colegio Cardenalicio, Ángelo Sodano, que precisamente hoy cumplía 80 años, perdiendo así su derecho a voto en caso de que se celebre un cónclave.

Acto seguido, intervino el Papa , quien, después de felicitar a Sodano, introdujo brevemente el tema de la jornada, elegido por él mismo, y que se centró en las relaciones con las demás confesiones cristianas, cuyo objetivo final sería volver a la unidad.

El presidente del Consejo Pontificio para la unión de los cristianos, el cardenal Walter Kasper, en cambio, fue el encargado de entrar en materia, trazando a grandes líneas el cuadro actual del diálogo y de las relaciones ecuménicas.

Kasper estructuró la cuestión en tres ámbitos distintos, que son las relaciones con las antiguas Iglesias orientales y las Iglesias ortodoxas, las relaciones con las comunidades eclesiales que nacieron tras la Reforma del siglo XVI y las relaciones con los movimientos carismáticos y pentecostales, que se han desarrollado en el último siglo.

Asimismo, presentó los resultados logrados hasta el momento en cada uno de estos campos y concretando los problemas que todavía quedan por resolver.

EMPEÑO COMÚN EN CAMPO SOCIAL.

Tras su intervención, tuvo lugar un debate, en el que tomaron la palabra un total de 17 cardenales, quienes intercambiaron sus experiencias y opiniones al respecto, tocando diversas cuestiones, entre las que destacan el empeño común de todos los cristianos en el campo social y caritativo y la defensa de los valores morales, en el marco de las transformaciones que están experimentando las sociedades modernas.

En concreto, se indicó que la Doctrina Social de la Iglesia podría convertirse en uno de los campos "más prometedores" en el diálogo ecuménico, al tiempo que se sugirieron nuevas profundizaciones en el desarrollo de este tipo de relaciones interconfesionales.

Los cardenales también hicieron referencia a algunos de los eventos más significativos que recientemente han tenido lugar en el campo ecuménico, como la Asamblea de Sibiu (Rumanía), el encuentro interreligioso de Nápoles (Italia), el viaje del Patriarca de Moscú Alejo II a París (Francia) o las reuniones ecuménicas de los movimientos eclesiales en Stuttgart (Alemania).

Ya en un contexto más amplio, los cardenales abordaron el tema de las relaciones con el hebraísmo y el diálogo interreligioso.

EL ECUMENISMO ES UNA OBLIGACIÓN

Al terminar la reunión, el cardenal Kasper explicó en declaraciones a los medios de comunicación que todos los cardenales hablaron "muy bien" y "a favor" del ecumenismo, cuestión que para la Iglesia "no es una opción, sino una obligación", ya que la unidad fue uno de los mandatos que Jesucristo dio a sus discípulos, explicó.

Por la tarde, la reunión se retomará a las 17.00 horas con la celebración de las Vísperas, tras lo que "tendrá lugar un intercambio libre de ideas entre los cardenales" sobre la vida de la Iglesia en general. La jornada terminará a las 19.00 horas con el discurso del Sumo Pontífice.

El tema del ecumenismo, que tiene como objetivo final la búsqueda de la unidad de los cristianos se ha convertido en una de las prioridades de Benedicto XVI. De hecho, hace pocas semanas la comisión mixta formada por católicos y ortodoxos aprobó un importante documento en el que consiguieron llegar a algunas posturas comunes con respecto al primado del Papa.