Vaticano/Turquía.- Benedicto XVI y Bartolomeo I comparten que matar a inocentes en nombre de la fe atenta contra Dios

Actualizado: jueves, 30 noviembre 2006 15:30

Celebran la recuperación del "diálogo teológico" entre católicos y ortodoxos y recuerdan a Turquía que debe respetar la libertad de religión

ESTAMBUL (TURQUIA), 30 Nov. (por Ildefonso González, EUROPA PRESS) -

El Papa Benedicto XVI y el Patriarca Ecuménico, Bartolomeo I, arremetieron hoy contra el radicalismo religioso, estimando, sin referirse directamente al Islam, que "matar a inocentes en el nombre de Dios es una ofensa hacia Él y hacia la dignidad humana".

"Debemos comprometernos (...) con la defensa de la vida humana, de cualquier vida humana", refleja el documento conjunto que los líderes de las iglesias católica y ortodoxa firmaron esta mañana en la Sala del Trono del Patriarcado Ecuménico, en Estambul.

En este sentido, hacen un llamamiento a la paz en Oriente Próximo, "donde nuestro Señor vivió, sufrió, murió y resucitó, y donde vive, desde hace tantos siglos, una multitud de hermanos cristianos".

"Deseamos ardientemente que se restablezca la paz en esta tierra, que se refuerce la coexistencia cordial entre sus diversas poblaciones, entre las Iglesias y entre las distintas religiones que allí se encuentran. Por ello, animamos al establecimiento de relaciones más estrechas entre los cristianos y de un diálogo interreligioso auténtico y leal, de cara a luchar contra cualquier forma de violencia y de discriminación", indican.

JUNTOS CONTRA LA SECULARIZACION

Todo el documento constituye un llamamiento a que las dos iglesias actúen juntas en multitud de frentes, fundamentalmente llevando el Evangelio al mundo occidental, donde no se puede "ignorar el aumento de la secularización, el relativismo y el nihilismo".

Por otra parte, se manifiesta la "profunda alegría" de ambas iglesias por la "recuperación del diálogo teológico", en referencia a la reciente celebración en Belgrado de una sesión plenaria de la Comisión Mixta para el Diálogo Teológico. "Después de una interrupción de varios años, debido a diversas dificultades, la Comisión ha podido trabajar de nuevo, en un espíritu de amistad y de colaboración", anota.

"Hemos evocado con gratitud los encuentros de nuestros venerados predecesores, bendecidos por el Señor, que han mostrado al mundo la urgencia de la unidad y que han trazado senderos seguros para llegar a ella mediante el diálogo, la oración y la vida eclesial cotidiana", anotan.

Asimismo, elogian el "encuentro fraterno" mantenido hoy por ambos. "Nuestro reencuentro puede ser un signo y un estímulo para todos nosotros de cara a compartir los mismos sentimientos y las mismas actitudes de fraternidad, de colaboración y de comunión en la caridad y la verdad", aseguran.

Sin embargo, la declaración reconoce que aún queda mucho camino por recorrer y apela a la ayuda del Espíritu Santo para "preparar el gran día del restablecimiento de la plena unidad, cuándo y cómo Dios quiera". "Podremos entonces regocijarnos y alegrarnos verdaderamente", afirma en una clara referencia al Gran Cisma entre Oriente y Occidente ocurrido en el año 1054.

UE Y TURQUIA

La declaración valora "positivamente" el "camino hacia la formación de la Unión Europea", a la que calificó de "gran iniciativa. Sin embargo, en una velada alusión al eventual ingreso de Turquía en el 'club comunitario', recuerda que el principal requisito para admitir a un Estado como miembro es que respete "todos los aspectos que afectan a la persona humana y sus derechos inalienables", sobre todo la libertad religiosa, testigo y garantía del respeto de cualquier otra libertad".

"En cada iniciativa de unificación, los minorías deben estar protegidas, con sus tradiciones culturales y sus especificidades religiosas", señaló. Turquía es, junto a Bielorrusia y Bosnia, uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en Europa (OCDE) que no respeta plenamente el derecho a la libertad religiosa que recoge su Constitución.

Acto seguido, el texto exige que el Viejo Continente conserve sus "raíces, tradiciones y valores cristianos", en una clara referencia a que cualquier futura Constitución Europea reconozca la importancia de la religión cristiana.

"En Europa, permaneciendo abiertos a otras religiones y a su contribución a la cultura, debemos unir nuestros esfuerzos para preservar las raíces, las tradiciones y los valores cristianos, para asegurar el respeto de la historia, así como para contribuir a la cultura de la futura Europa, a la calidad de las relaciones humanas a todos los niveles", considera.

Por otra parte, denuncia, aunque sin citar a ningún país, las "dificultades" que afrontan los cristianos en distintos lugares del mundo, como "la pobreza, las guerras y el terrorismo, pero también las diversas formas de explotación de los pobres, los inmigrantes, las mujeres y los niños".

Por ello, las dos iglesias se mostraron decididas a actuar conjuntamente "a favor de los Derechos Humanos, de cualquier ser humano, creado a la imagen y semejanza de Dios, del desarrollo económico, social y cultural". "Nuestras tradiciones teológicas y éticas pueden ofrecer una sólida base de predicación y acción comunes", explica.

El documento concluye con "saludo" a todos los cristianos del mundo, a los que se ofrece la "disposición al diálogo y a la colaboración" de las iglesias católica y ortodoxa.

Después de la firma, Bartolomeo I alzó un brazo de Benedicto XVI en señal de victoria, un gesto insólito para el escenario en el que ambos se encontraban, a lo que siguió un cerrado aplauso del resto de asistentes.