Santa Cruz de Tenerife, 11 Feb
La política canaria se mantiene en su refugio, pendiente de los tres principales candidatos a la presidencia del Gobierno de Canarias y sopesando la influencia de los presuntos casos de corrupción que afectan a Coalición Canaria (CC), en Tenerife, y el Partido Popular (PP), en Gran Canaria. Las elecciones del 27-M pueden devolver a Canarias a una situación similar a la de 1983, si Juan Fernando López Aguilar del PSC logra alcanzar la mítica barrera del ex presidente regional socialista, Jerónimo Saavedra, de los 27 escaños. Paulino Rivero tiene una complicada situación ya que, por primera vez en muchos años, CC sale a ganar en lugar de presentarse como partido ganador. La incertidumbre de José Manuel Soria pasa por descifrar la tendencia a la baja que arrojan los sondeos. Cinco partidos tienen representación parlamentaria (CC, el PP, el PSC, NC y el PIL) y, todos ellos, se ven decisivos a la hora de decidir el nombre del presidente de la VII legislatura 2007-2011.
Sin embargo, con la ley electoral en la mano, todo hace pensar que hay tres escenarios postelectorales, que tienen posibilidades reales de ser negociados, y dos más que, por su complejidad, entran en el imaginario del PSC y de CC. En las elecciones autonómicas de 1983, Jerónimo Saavedra logró 27 escaños con una situación estatal absolutamente favorable. Veinticuatro años después, Juan Fernando López Aguilar no tiene, por la derecha, a un recién nacido PP creándose sobre el cadáver de la UCD y el CDS, ni un PSOE con más de 200 escaños en el Congreso de los Diputados, ni una conciencia del voto útil que le vaya a sumar centenares o miles de votos.
Coalición Canaria la vez que mejores resultados ha obtenido, yendo con todas las formaciones nacionalistas unidas incluido el PIL de Dimas Martín, fueron 26 escaños. Superar la barrera de los 25, 26 ó 27 diputados es muy complicado y llegar, por tanto, a un Gobierno del PSC con apoyos de Nueva Canarias (NC) y de un PIL roto, y sin Dimas Martín en las listas, parece muy difícil.
Por lo tanto, hay tres partidos políticos y tres posibles escenarios postelectorales y todos pasan por CC ante la imposibilidad actual de que Juan Fernando López Aguilar y José Manuel Soria se sienten en el mismo consejo de gobierno.
El primero es un gobierno del PSC y CC. Si todas las encuestas se equivocaran y los socialistas tuvieran menos apoyos, Paulino Rivero sería presidente y el resto a negociar. Si los socialistas sacaran más votos, el problema para CC es que Juan Fernando López Aguilar sea el jefe del Ejecutivo. El candidato socialista no es del agrado de Coalición, entre otras cosas, porque opinan que está detrás del caso de Las Teresitas y de Fórum. La tercera posibilidad es que el PSC entregara la mayor parte del poder a CC a cambio de la presidencia de la comunidad autónoma.
Esta alternativa no es nueva para CC. En el primer gobierno de Fernando Fernández en 1987, las Agrupaciones Independientes Canarias (AIC) tenían más votos. La presidencia y la vicepresidencia se quedaron en manos del CDS mientras que consejerías como las de Economía, Hacienda, Comercio, Obras Públicas, Sanidad, Trabajo y Educación fueron dirigidas por los nacionalistas.
