SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ha abierto una investigación sobre la gestión de las subvenciones que fueron concedidas al colegio público de Mogán para implantar el uso gratuito de los libros de texto en este curso. La ejecución de este programa ha desatado las quejas de los padres con hijos matriculados en primero y segundo de Primaria, quienes han denunciado ante Inspección Educativa que esas ayudas no han llegado a unas 60 familias por culpa de la dirección del centro.
Se trata de una aportación de 100 euros por alumno que Educación ha repartido entre los distintos colegios para aliviar el gasto escolar al que se enfrentan los progenitores cada año, que también cubre la adquisición de los manuales tanto en el primer ciclo de la ESO como en quinto y sexto de Primaria.
Sin embargo, los problemas han surgido con los alumnos de los dos primeros cursos, cuyos padres han costeado los libros que debería haber comprado el colegio con esas partidas. Según la portavoz de los afectados, Elisa Guerra, la dirección del centro entregó una circular con el material que corría a cargo de las familias, haciéndose responsable sólo de dos manuales porque el resto se corresponde con documentación fungible que luego no puede ser usada por otros escolares. La reutilización de los recursos es una de las condiciones del programa, que faculta a los centros para que administren con autonomía las subvenciones.
En cualquier caso, esas ayudas se otorgan con carácter finalista y están condicionadas al beneficio del alumnado. De ahí que los padres consideren una "injusticia" la postura de la escuela, sobre todo porque Educación también concede partidas para reponer el material gastado. Además, la mayoría de los libros que se utilizan en esos cursos de Primaria se consumen por el uso. De ahí la exigencia de que el consejo escolar destine la totalidad del dinero a ese fin, "exactamente igual que en los demás colegios de la Isla", demandaba ayer Elisa Guerra.
Por el momento Educación ha paralizado todo hasta encontrar una solución. El problema es que muchos progenitores ya han comprado los libros de sus hijos y no pueden devolverlos. Al menos una veintena de ellos han presentado escritos a título individual en los que solicitan el reembolso del dinero. Sostienen que están indignados porque ya ha transcurrido un mes de clase y desde hace una semana esperan por una respuesta de la directora, además de una aclaración de por qué sus hijos no pueden disfrutar de la gratuidad de los textos escolares.
