Palmas de Gran Canaria, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
El interés de los tinerfeños por colaborar en acciones medioambientales protagonizó un incremento durante el pasado incendio forestal. El temor a perder las zonas verdes de la Isla movilizó a un sector de la población que, desde entonces, y con el asesoramiento de la Oficina de Voluntariado Ambiental del Cabildo, se ofrece para ayudar a preservar la naturaleza.
El incendio forestal del pasado mes de julio fue el causante, en cierta medida, de que muchos ciudadanos "conocieran las labores que se realizan a través de la Oficina de la Participación y el Voluntariado Ambientales, y de que hayan sentido la inquietud de participar en las iniciativas que proponemos". Así opina la responsable gestora de este centro, Candelaria Martín.
A pesar de este incremento, el responsable de la Unidad Orgánica de Planificación, Coordinación Técnica y Control de Gestión de Medio Ambiente del Cabildo, Víctor García, reconoce que debería haber muchos más voluntarios en Tenerife. "Los necesitamos", explica. Lo que la Oficina de Participación precisa, en opinión de este responsable, es proporcionar más canales a los tinerfeños "para que puedan poner en práctica sus inquietudes", por lo que, desde esta entidad, intentan animarles y dirigirles hacia el voluntariado por medio de hacerles saber que tienen una plataforma para llevar a cabo estas actividades ambientales de las que quieren formar parte.
Candelaria Martín cree que en Tenerife es necesario crear una cultura de voluntariado que pase de padres a hijos, "como en otros lugares del mundo, y que motive a todos a participar en el cuidado de los nuestro". García añade que "es necesario que la población meta, en su vida diaria, las variables ambientales pues somos nosotros los que contaminamos y deterioramos el territorio".
La participación como voluntario ambiental requiere siempre de una formación previa, que puede durar unas horas o convertirse en cursos de una semana, en función de la dificultad de la actividad en la que los ciudadanos vayan a participar, aunque en ninguna de las acciones ambientales sus vidas son puestas en peligro. De hecho, durante el incendio, la labor del voluntario es la de "atajar a la población y evitar que se acerquen al fuego". "Sabemos que todo el mundo quiere ayudar, pero no pueden hacerlo en cholas y pantalones cortos, por lo que es fundamental que los voluntarios nos apoyen en el control de estas situaciones por medio de la atención a llamadas o la atención a los evacuados, entre otras", explicó el responsable de la Unidad.
Los voluntarios ambientales deben, también, tener una formación acerca de sus derechos y deberes. "Se les prepara para que conozcan la logística de los incendios, reconozcan el tiempo Sur e informen de sus peligros a los que se disponen a disfrutar de una jornada en el monte", comenta García.
Las empresas de Tenerife han mostrado su interés en colaborar con el medio ambiente y animan a sus trabajadores a formarse y convertirse en voluntarios ambientales, participando en campañas puntuales. "Los trabajadores se lo toman como un día lúdico en el que ganan todas las partes", explica el responsable de este servicio.
