Los propietarios de un edificio de El Tablero exigen a Urbanismo que lo apuntale ante el riesgo de que se derrumbe

Actualizado: viernes, 25 mayo 2007 14:20


SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA, 25 May. (EUROPA PRESS) -

"Queremos tener tranquilidad porque los técnicos dicen que esto se puede venir abajo". La que habla es Olga Rodríguez, presidenta de la comunidad de propietarios del edificio Vista Meloneras, un inmueble ubicado en el barrio de El Tablero que corre el riesgo de derrumbarse y que está habitado por 44 familias en el bloque más afectado por los graves defectos que soporta su estructura.

Al menos eso es lo que dicen los informes privados que han encargado los afectados para determinar el estado en el que se encuentra el edificio, los cuales han sido ratificados por la Concejalía de Urbanismo que dirige José Juan Santana. De hecho, el edil ordenó en noviembre del año pasado el apuntalamiento urgente de esos pisos, después de que los propietarios solicitaran al Ayuntamiento que cumpliera con su obligación de garantizar la seguridad ciudadana mediante la ejecución subsidiaria de esas obras.

Sin embargo, los propietarios de los locales comerciales impidieron hace unos meses la operación municipal de refuerzo al considerar que no existe tal peligro de derrumbe, y presentaron un proyecto alternativo tras rechazar la colocación de los puntales que ha sido descartado por Urbanismo. "El asunto está empantanado en los juzgados porque han recurrido el decreto", explica Santana, cuyo departamento contrató la obra de instalación de manera urgente por unos 125.000 euros.

En la posición contraria se encuentra los vecinos de la comunidad, quienes comprueban a diario cómo aparecen nuevas grietas en sus viviendas. "Vivo sola y por la noche oigo los crujidos de la casa", sostiene Olga Rodríguez, quien al principio pensaba que los ruidos eran causados por objetos que se caían. Pero no. Las fisuras han proliferado como enredaderas por las paredes de todas las habitaciones, hasta convertir su hogar en el más afectado por los "graves vicios y defectos constructivos" de un edificio que sólo tiene siete años de antigüedad.