Una vecina afectada por el fuego amenaza con encadenarse en huelga de hambre si no la ayudan con un alquiler

Actualizado: jueves, 20 septiembre 2007 11:59


San Bartolomé de Tirajana, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

El retraso de las administraciones en conceder ayudas a los afectados por el incendio forestal del pasado mes de julio va camino de generar situaciones dramáticas entre los más necesitados. Uno de estos casos es el de Paloma de Montemayor, una vecina del sur de Gran Canaria que ha decidido encadenarse en huelga de hambre si el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana no le presta auxilio para alquilar una vivienda.

De Montemayor y su compañero perdieron la única propiedad que tienen por el fuego, una casa rural entre Soria y Cercados de Araña que ha quedado siniestro total tras convertirse en pasto de las llamas. "Sólo escaparon la antena parabólica y la burra porque la teníamos suelta", aseguraba ayer Paloma, que vive de prestada en casa de unos amigos porque carece de recursos para salir adelante. "Lo hemos perdido todo y ni siquiera nos quieren pagar un alquiler", añade.

Esta familia ha recibido los 2.500 euros de indemnización aprobados por el Cabildo, pero en la actualidad carece de un lugar donde vivir. "Mi pareja no levanta cabeza y se ha ido a un barranco de acampada con los niños", sostiene Paloma, cuyos hijos no han podido comenzar el curso escolar por la falta de un hogar. De hecho, se niega a revelar el nombre de ese despeñadero "porque se encuentran bien atendidos y no quiero causarles problemas", agrega.

Esta madre se trasladó hace dos años hasta Arinaga para que sus vástagos fueran al colegio con normalidad, pues la casa de Soria se encuentra alejada del centro más cercano y exigía muchas horas de desplazamientos diarios. Allí pasaba el curso escolar y luego regresaba con los niños los fines de semana y demás periodos vacacionales, quedándose al frente del caserón el padre de familia, quien estuvo realojado durante dos semanas como consecuencia del incendio. "Luego dejaron de pagarle el alquiler", se queja Paloma de Montemayor.

Sin embargo, ese cambio de empadronamiento y los problemas legales que arrastra la vivienda han tensado la relación con los responsables municipales, entre otros motivos porque consideran que se trata de una segunda residencia en situación ilegal. También apuntan que Paloma se inscribió en el censo local después del fuego, concretamente el 13 de agosto. En cualquier caso, su expediente se tramita en las mismas condiciones que el resto de los damnificados, ya que no es competencia del Ayuntamiento hacerse cargo de los alquileres y sí del Gobierno de Canarias, institución que en la actualidad gestiona las ayudas de emergencia a las viviendas dañadas por las llamas.

Mientras, esta madre desesperada continúa remitiendo escritos y cartas a la alcaldesa del municipio, María del Pino Torres. En ellas informa de la situación en la que se halla su familia y pide amparo para poder arrendar un piso. Antes preparaba instalaciones artísticas en su antigua casa de dos plantas labrada en piedra, además de producir aceites que luego aplicaba en los masajes con los que se ganaba la vida. Ahora ni siquiera puede seguir con esas actividades. "Me parece indignante que no me echen una mano porque mi situación es tremenda", remacha.