LOGROÑO, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las defensas de los ocho acusados por los desórdenes ocurrido el 31 de octubre de 2020, en el marco de una concentración por el cierre de la hostelería, han pedido hoy que se individualice la participación en los hechos. Por otro lado, seis acusados han reconocido parte de los mismos, mientras otros dos han insistido en su absolución.
El primero en desarrollar su exposición ha sido la defensa de B.G, quien asegura que sólo participó de la concentración de la hostelería, porque es su gremio y lo ha pasado mal económicamente por el cierre.
"Es cierto que tenemos a un culpable, pero a un culpable poco culpable", ha dicho y, después, ha puesto el acento en que para su defendida es importante que se le "reconozcan únicamente los desórdenes pero se les excluya de daños y atentados a los agentes" porque trabaja en un bar junto a la Policía Nacional y les tiene aprecio.
La defensa de H.P ha creído que "no hay pruebas de cargo suficientes" y ha rechazado que se le pueda reconocer por la fisionomía de su cuerpo y la ropa. Ha recordado que contó cómo había encontrado las prendas, y nadie le situó en ese lugar. Ha pedido sentencia absolutoria.
En cuanto a la defensa de L.M, tras considerar que, en la sala, debería haber más gente, porque más personas participaron de los disturbios, ha señalado cómo se le ha acusado de ser el lider e, incluso, se le ha levantado una nota, tras una detención anterior, advirtiendo de su posible relación con el terrorismo.
Frente a esto, se trata de una persona sin antecedentes penales, que sólo ha sido condenado por dos delitos leves hace más de cinco años, y una persona sincera que ha reconocido la parte de participación que le corresponde. Ha resaltado cómo se ha llegado a autolesionar por lo injusto de su trato.
Para el letrado, el atestado se diseñó para dar un escarmiento, pero incurre en contradicciones. "Hay una inquina sobre mi cliente, nadie le ha visto lanzar objetos ni de daños, salvo mover contenedores", ha dicho viendo "desproporcionada" le pena pedida y definiendo como "una barbaridad que se condene a un chaval 22 años a 15,5".
Ha pedido, coincidiendo con otros letrados que se "individualicen" los hechos y se aplique a cada acusado la pena de lo hecho por éste. Su obcecación, y el consumo de drogas, le hicieron, ha contado, "unirse a la manada y hacer la tontería de participar en desplazamiento de contenedores". También ha visto "increíble" que fuese el líder y no se le detuviese en aquel momento.
"Mi cliente quería participar de la algarada y ser uno mas, no se encontraba sereno y cometió una estupidez, pero no se llevó nada de la tienda, de hecho dice que se llevó una cazadora pero en realidad se llevó una que se quitó un asaltante que se había puesto una de Lacoste", ha relatado.
Ha calificado de "vergonzoso" que en sede judicial se permita decir que alguien podría ser un yihadista y, encima, "sirva de titular a un medio de comunicación".
La defensa de S.F ha hablado de "penas muy elevadas" y, a pesar de la rebaja a su defendido de diez a tres años por enfermedad mental, ha visto que es "insuficiente", cuando sólo se apoderó de las zapatillas de un maniquí que otra persona sacó de la tienda. "Es una persona manipulable que estaba en el momento y lugar equivocado", ha visto.
La defensa de J.C ha insistido en su falta de participación en los hechos, cuando "permaneció con su anterior pareja, que estaba embarazada". Ha rechazado que de noche, y a distancia, se pueda identificar a un acusado.
La de G.B ha defendido que estuvo en el domicilio de su novia y "movido por la curiosidad transitó por Vara de Rey y encontró sobre una papelera abandonados unos pantalones".
Se ha preguntado cómo se va a fijar un policía en una persona pacífica que es un rostro desconocido de una multitud porque llevaba chaqueta morada.
La defensa de J.B también ha visto "difícil" que a cien pasos se le reconociera empujando un contenedor. Tampoco ha visto prueba de que, efectivamente, la gorra de Lacoste la robara y no se la encontrara. En cuanto al momento en que tiró piedras ha visto incoherencias en el relato de los agentes.