El Gobierno riojano tendrá listos en septiembre los convenios para la AP-68 y la estación intermodal de Calahorra

Europa Press La Rioja
Actualizado: viernes, 10 julio 2009 16:53

LOGROÑO 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

El consejero de Obras Públicas, Antonino Burgos, anunció hoy que el Gobierno riojano tendrá listos, en septiembre, los convenios necesarios para la cofinanciación de la gratuidad de la autopista AP-68 y la construcción de la estación intermodal de Calahorra.

Burgos ofreció una rueda de prensa para dar a conocer los pasos que dará el Ejecutivo riojano tras el encuentro celebrado ayer entre el ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente del Gobierno riojano, Pedro Sanz.

El consejero explicó que el convenio para que Estado y Ejecutivo riojano cofinancien el tramo riojano de la autopista AP-68 (hasta Cenicero en todos los casos, y en todo el tramo en los viajes de ida y vuelta en el día, en ambos casos con VIA-T) ya está redactado.

Hace falta, añadió, "cambiar el nombre del ministro y actualizarlo", ya que se redactó el año pasado. A partir de ahí, también en el mes de septiembre, se celebrará un encuentro, con el Gobierno central, y a lo largo del otoño se "cerrará" el texto, para que la medida entre en marcha el 1 de enero de 2010.

Explicó que la medida incluirá la cofinanciación de ambas entidades de todo el tramo (tanto el que ahora financia en solitario el Gobierno riojano como el que paga el Estado) hasta que La Rioja cuente con una "vía alternativa", como es la Nacional-232 desdoblada.

El consejero, con respecto al tono global de la reunión de ayer, anunció que comienza una "nueva relación" con el Ministerio de Fomento que se basará en la "colaboración" y la "lealtad institucional". A partir de ahora, anunció, el Gobierno riojano tiene la intención de "pasar página y olvidar reproches".

Con respecto al soterramiento, cuyas obras comenzarán "a principios" del año que viene, consideró que las tres administraciones (Gobierno central y regional y Ayuntamiento) tienen que estar "más unidas que nunca" porque es "el momento más delicado, por las dificultades técnicas, por la obra; y las dificultades sociales, por las molestias a los vecinos".

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