El ex director general de la UNESCO participa en Logroño en el XX Foro Ágora 'Pensamiento y Fundamentalismos'
LOGROÑO, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ex director general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, ha asegurado este viernes que "la base de todos los derechos humanos se encuentra en la dignidad de cada persona", independiente de su sexo, religión o clase social y teniendo en cuenta este planteamiento, "los fundamentalismos estarían resueltos".
Mayor Zaragoza ha realizado estas declaraciones en Logroño hasta donde se ha desplazado para participar en el XX Foro Ágora: 'Pensamiento y Fundamentalismos' que se celebra durante este fin de semana en la UNED y en donde a estas horas participa en la sesión inaugural del Foro con la ponencia 'Los derechos humanos como respuesta a los fundamentalismos'.
El ex director de la UNESCO ha explicado, acompañado del secretario general de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, Juan José Tamayo, y el portavoz del XX Foro Ágora, Carmelo Juárez, que el fundamentalismo "se ha convertido en uno de los grandes retos que tiene en estos momentos la humanidad" y ante ello "debemos actuar".
Para Mayor Zaragoza "en estos momentos tenemos por delante una serie de cuestiones de vital importancia para nosotros como pueden ser las cuestiones medioambientales o sociales con las que nos estamos jugando el futuro de nuestras próximas generaciones e incluso llegar a puntos de no retorno y, sin embargo, en vez de actuar todos juntos para tomar medidas y evitar estas situaciones nos encontramos distraídos con amenazas horribles de unos grupos que -escudados en la religión y en la creencia por fundamentalismo- son capaces de inmolarse o provocar grandes trastornos a la sociedad actual".
BASADOS EN LA "IGNORANCIA Y EL MIEDO"
Fundamentalismos que para el actual presidente de la Fundación Cultura de Paz se basan "en la ignorancia y en el miedo" ya que "desarrollan la animadversión, el odio y el enfrentamiento pensando en que no hay más verdad que la suya". Por todo ello, "los derechos humanos son los antídotos necesarios para intentar erradicar esta situación, sobre todo, en estos momentos".
Con todo ello, ha finalizado, "hoy hay que llamar la atención y hacer sonar las voces de alarma" para pedir que "acaben los fundamentalismos" y "no ser meros espectadores" sino "tomar parte con las medidas oportunas frente a los que todavía tienen ese pensamiento, siendo contundentes a los movimientos que se inician instigados por los mercados o aquellos que tienen la conciencia de que son superiores".
TAMAYO: "HAY UNA ESPECIE DE EUROCENTRISMO DE LA DIGNIDAD"
Por su parte, Juan José Tamayo ha realizado una introducción al fenómeno de los fundamentalismos y ha explicado que éste radica "en la no igual dignidad de todos los seres humanos". En este sentido, ha coincidido con Mayor Zaragoza en indicar que "la dignidad superior de unos seres humanos sobre otros" es lo que produce que existan estos grupos.
Para Tamayo "hay una especie de eurocentrismo de la dignidad" que hace que "se niegue la misma dignidad a toda la humanidad" y que también provoca la existencia de diferentes tipos de fundamentalismos con los que nos encontramos en pleno siglo XXI.
Entre ellos, Tamayo ha querido destacar once fundamentalismos y, en primer lugar ha detallado el religioso "del que toma la palabra" y al que "pertenece al lenguaje religioso". También ha hecho referencia al político que ha definido como "la religión del imperio, donde el emperador reclama que se le rinda culto".
También ha destacado el fundamentalismo económico "en donde el mercado se convierte en un absoluto y adquiere los atributos que se aplicaban a Dios" y ha abordado la existencia del fundamentalismo patriarcal "con el hombre como criterio absoluto de comportamiento y actuación".
Posteriormente también ha enunciado el fundamentalismo cultural y el estatalista "la razón del estado por encima de cualquier otra", así como el científico "que considera que la ciencia es la única forma de conocimiento" el democrático que se produce "cuando se pretende imponer un único modelo de democracia", el laicista "fenómeno cultural que considera que toda la religión es opio del pueblo y debe ser eliminada del espacio público", el patriótico que "absolutiza la nación y mitifica el pueblo y desemboca en violencia" y por último el antropocéntrico "que considera que el ser humano es el centro del cosmos que pone a la naturaleza en su servicio".
En definitiva, ha indicado, son fundamentalismos con distintos apellidos pero "que comparten características comunes" como "la absolutización de lo relativo y la generalización de lo particular" porque "todos parten de un fenómeno particular y lo asumen como general o convierten lo opinable en dogma". Se trata, en definitiva, de "la reducción de lo múltiple y lo plural a lo único".
