LOGROÑO, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Funcionarios de la Policía Nacional detuvieron, entre octubre y diciembre del año pasado, a doce jóvenes (ocho en La Rioja) dentro de la denominada 'Operación Bartolo'. Los implicados llevaban una doble vida y están acusados de tráfico de drogas.
Según la información ofrecida por este cuerpo, la 'Operación Bartolo' se centró en un grupo de personas asentadas en Logroño y localidades aledañas que se estaban, presuntamente, dedicando a la distribución de speed, cocaína, hachís y éxtasis.
Sus clientes, explicó, eran jóvenes que acudían a diferentes zonas de ocio y frecuentaban chamizos de Logroño y de localidades cercanas a esta capital. Durante el desarrollo de la operación fueron detenidas doce personas, (siete en Logroño, una en Ortigosa en Cameros, dos en Oyón, Álava, y dos en Rota, Cádiz).
Todos los detenidos son españoles, menos uno que tiene nacionalidad polaca. Sus edades oscilan entre los diecinueve y treinta años y sólo uno cuenta con antecedentes policiales por tráfico de estupefacientes.
De los doce detenidos, cinco han ingresado en prisión, mientras que el resto han quedado en libertad con cargos a la espera de juicio.
Durante el desarrollo de esta Operación Policial se desmanteló una plantación de marihuana y los agentes se incautaron de 350,2 gramos de speed; 584,4 gramos de hachís; 475.8 gramos de marihuana; 4,8 gramos de cocaína; 7,3 gramos de éxtasis; 1.880 euros; tres vehículos; seis balanzas de precisión; treinta teléfonos móviles; y un ordenador portátil.
Con el desarrollo de este operativo, explicó la Policía, se trataba de impedir el abastecimiento de sustancias estupefacientes a los jóvenes durante los fines de semana en zonas de ocio de Logroño.
La forma de operar de los detenidos, relató, consistía tanto en el desplazamiento del vendedor al domicilio particular de los consumidores, o chamizos y bares donde se encontraban éstos; como en el abastecimiento de los consumidores en el propio domicilio de los traficantes.
En el desarrollo de esta investigación se pudo determinar cómo uno de los investigados tenía contactos con traficantes en la provincia de Cádiz, a donde se desplazaba regularmente con el fin de suministrarse el hachís que luego distribuía en Logroño.
Con estas detenciones se dan por desarticulados tres puntos de distribución de sustancias estupefacientes; dos en Logroño y otro en Oyón (Álava).
La mayor parte de los implicados, muy jóvenes, llevaban una doble vida, ya que sus familiares más directos desconocía, en la mayoría de los casos, que se estuvieran dedicando al tráfico de estupefacientes.