MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Fomento, José Blanco, acompañado por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguró hoy la glorieta que conecta la avenida de Logroño y la calle Alcalá, unas obras en marcha desde hace años pero que ahora concluyen para mejorar la movilidad de 300.000 madrileños de San Blas, Barajas y Hortaleza.
La nueva glorieta construida sobre la A-2 apuesta por la conexión de la metrópoli al tiempo que favorece la reducción del ruido, al emplear un asfalto especial, y acabar con las fronteras urbanas existentes entre tres distritos. Al acto acudió también la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce; los delegados de Obras y Seguridad, Paz González y Pedro Calvo, respectivamente; el portavoz socialista en el Ayuntamiento, David Lucas, y el diputado nacional Rafael Simancas.
El titular de Fomento, José Blanco, recordó que hace 60 años Canillas, Hortaleza, Barajas y Canillejas se anexionaban a la ciudad, una metrópoli que no ha parado de crecer desde entonces. Lo que hace la glorieta hoy inaugurada es facilitar la movilidad de una ciudad en constante crecimiento.
Blanco no dudó en agradecer la "paciencia" de los conductores ya que los trabajos, prolongados durante años, se han acometido en un entorno por el que circulan más de 120.000 automóviles. También quiso alabar la colaboración y cooperación institucional con el Ayuntamiento de Madrid.
DEMANDA VECINAL HISTÓRICA
El Ministerio de Fomento ha ejecutado y financiado este proyecto, puesto en marcha hace unos días, con el que se satisface una demanda histórica de los ciudadanos. El enlace permite nuevas conexiones directas con los dos sentidos de la A-2 además de permitir la unión de las grandes arterias del este, como la calle Alcalá, la avenida de Logroño y la autovía de Barcelona. La inversión necesaria ha sido de 17 millones de euros.
También se ha prolongado la vía de servicio derecha de la A-2 hasta la nueva glorieta para facilitar la conexión de Ciudad Pegaso con el centro de Madrid. Antes ese itinerario tenía que hacerse por viarios municipales de menor capacidad para absorber el tránsito de vehículos.
Por su parte, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, recordó que han transcurrido más de 23 años desde la firma de un primer convenio para solucionar la conexión de este punto, un acuerdo por el que el Consistorio se comprometía a financiar y realizar las obras necesarias para dar continuidad a la calle Alcalá a su paso por un renovado puente de Ventas, que entró en servicio en 1998.
"Es una obra que viene de antiguo en su compromiso pero lo importante es que las cosas se hagan bien", declaró el alcalde, tras recordar las complicaciones técnicas aparecidas a lo largo del tiempo, sumadas a modificaciones y mejoras del proyecto inicial.
La creación de una nueva glorieta que permitiera el tránsito de peatones y vehículos a un mismo nivel entre la calle Alcalá y la avenida de Logroño ha requerido trabajar sobre la propia autopista del nordeste, donde se han deprimido sus calzadas en un tramo de 800 metros.
Éste era un requisito indispensable para eliminar el paso elevado para el tráfico, de un único carril por sentido, y la pasarela peatonal. Ruiz-Gallardón detalló que la rotonda elimina el efecto frontera de la A-2 y aumenta las opciones de movilidad del tráfico de vehículos.
La glorieta, junto al nuevo paso inferior que también forma parte de este proyecto, facilita el acceso directo desde la calle Alcalá a la A-2 en dirección al centro de la ciudad, y desde la avenida de Logroño hacia la calzada en sentido Guadalajara.
Asimismo, se facilita el tránsito peatonal sustituyendo el cruce de la A-2 con una pasarela por la disposición de los cruces a nivel. La colaboración del Ayuntamiento ha permitido la instalación de semáforos en los cruces.
Sólo queda pendiente que el Ministerio de Fomento ejecute el compromiso asumido en 1996 de ampliar y mejorar las vías de servicio de la A-2 entre los puntos kilométricos 5,3 y 24,5.
