El Ayuntamiento dialoga con empresas para reducir los 43 millones de euros que suponen la carga y descarga de mercancía

Actualizado: jueves, 13 marzo 2008 17:01

Calvo asegura que es un reto de las grandes ciudades y que la red de abastecimientos debe funcionar como la del agua o la luz

MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

El delegado de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Calvo, aseguró hoy que tanto el área de Medio Ambiente como el el que él dirige están dialogando con los sectores empresariales sobre las regulaciones ambientales y las cuestiones específicas de carga y descarga de tipo profesional para reducir los costes económicos y ambientales que esta actividad supone.

Durante su intervención en las jornadas 'Bestufs. Impactos y Oportunidades para el Transporte Urbano de Mercancías. Desafíos de la distribución urbana de mercancías', Calvó explicó que los costes económicos en horas perdidas como consecuencia de la carga y descarga en doble fila sólo en la almendra central de la capital en horario de mañana ascienden a 43 millones de euros.

Además, apuntó que junto a las razones económicas también hay poderosas razones ambientales --normas europeas obligatorias que fijan límites máximos de emisiones--para actuar en este ámbito, y señaló que es fundamental fomentar la colaboración entre los distintos agentes implicados como son la Administración Local, para que se encarge de las necesidades de operatividad de los trabajos de distribución, carga y descarga, y los empresarios, para que hagan estas actividades con un tráfico fluido y menos contaminante.

El delegado indicó que desde los sectores empresariales también se está generando una visión que integra la eficiencia económica y de medio ambiente urbano con relación al transporte urbano de mercancías. "En ocasiones, los esfuerzos normativos sobre el asunto se han centrado solo en acotar los problemas generados por los vehículos (ruido, congestión y efectos medioambientales)", apostilló.

Calvo señaló que esto ha dado lugar a la elaboración de ordenanzas municipales que regulan el peso máximo autorizado de los vehículos de distribución urbana, los horarios de distribución y las operaciones de carga y descarga, o los aspectos ambientales como el diseño de zonas de bajas emisiones.

Por otro lado, indicó que las asociaciones piden una "regulación ambiental global" que vaya acompañada de un análisis detallado de las necesidades reales de la propia actividad económica y sostenible de las ciudades, algo que, según Calvo, "ya está haciendo el Ayuntamiento de Madrid".

El responsable municipal de Movilidad se comprometió además a apoyar, en el ámbito de sus competencias, la adopción de medidas para "garantizar la competitividad de la ciudad, la seguridad de todos los ciudadanos y la funcionalidad de todos los modos de transporte, especialmente los más frágiles".

RETO DE LAS CIUDADES

En referencia a Madrid, Calvo señaló que las ciudades son el "campo de batalla de la sostenibilidad" y, actualmente, se enfrentan al reto "de optimizar su calidad, entendida como riqueza de conocimiento, capacidad tecnológica, poder económico y energía innovadora".

Según el responsable de movilidad en el Ayuntamiento, todos estos talentos deben aprovecharse para responder a los propios retos de las grandes urbes, "que exigen un esfuerzo de organización para ser eficaces".

"Ante el reto de la distribución tenemos que procurar una perspectiva de gestión global de la cadena de suministro", aseguró Calvo, señalando que Madrid, en concreto, necesita abastecerse todos los días "con puntualidad, eficacia y seguridad".

El edil explicó que, para ello, la red de abastecimientos debe funcionar de la misma manera que los sistemas de suministro de electricidad, gas, agua, de alcantarillado, recogida de residuos o transporte público. "Detrás de cada punto de carga y descarga, detrás de cada muelle subterráneo, de cada descarga nocturna, hay una gran red de aprovisionamiento", apuntó.

Según el delegado de Movilidad, la clave está en pensar en dicha red en términos de eficacia, gestión limpia, sin ruidos, segura, que satisfaga a todos los vecinos (clientes, residentes, comerciantes, transeúntes, escolares y ancianos), y subrayó que aunque la dificultad "es evidente, también lo es que se pueden optimizar las infraestructuras y la capacidad de organización".