MADRID, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -
Cientos de madrileños se concentraron hoy en el entorno de la Iglesia de la Paloma, en el barrio de La Latina, para asistir a la celebración del día de la Virgen de la Paloma, uno de los festejos más castizos de la capital y que rinde honores a la considerada como 'patrona popular' de Madrid.
Bajo un sol sofocante, los madrileños que se acercaron esta mañana hasta el centro de Madrid pudieron disfrutar de un ambiente de lo más castizo, con sus chulos y chulapas paseando por las calles, los barquilleros, los balcones de las casas engalanados con mantones de Manila y las terrazas de verano, sin duda, uno de los lugares más concurridos en los que asistentes acudieron en masa a calmar su sed con el tradicional vermut.
A las 12.45 horas tuvo lugar la tradicional ofrenda floral a la Virgen, que dio paso a la misa en su honor en la Iglesia de la Paloma, en donde no cabía un alfiler y en donde el silencio de los fieles tan sólo era interrumpido por el sonido de los abanicos.
A la Eucaristía acudió el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, que destacó que los madrileños viven con intensidad estas fiestas "en las que coinciden el fervor religioso y la tradición, el Madrid moderno y el castizo". "Madrid es una ciudad abierta donde nos sentimos bien cualquiera que no hayamos nacido aquí y este espíritu lo representa muy bien la Paloma", añadió. Este año el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, no acudió a su tradicional cita con La Paloma al encontrarse en Berlín defendiendo la candidatura olímpica de Madrid 2016.
También estuvo presente el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, quien señaló que estas fiestas "son las más castizas y populares de Madrid" y "hay que reivindicarlas".
Una vez finalizada la misa, se produjo el descenso del cuadro de la Virgen de La Paloma a cargo del Piquete de Gala del Cuerpo de Bomberos, uno de los momentos más emotivos de la mañana. Precisamente, la bajada estuvo acompañada de los gritos de los madrileños, con vivas a la Virgen de la Paloma, al Cuerpo de Bomberos o al pueblo de Madrid.
Una vez bajada la Virgen, algunos madrileños quisieron acudir en fila a venerarla, mientras que otros más hambrientos prefirieron ir a tomarse el tradicional aperitivo a las terrazas de las calles.
DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LA PALOMA
La devoción a la Virgen de la Paloma surgió en el siglo XVIII cuando unos niños encontraron en una vieja corrala, entre un montón de leños, un lienzo que la representaba. Isabel Tintero, una vecina que habitaba en la calle de la paloma, vio como los niños jugaban con él y lo recuperó, limpió y colocó en el portal de su casa, para pasar a la primera capilla en 1796.
La gran devoción de todo el vecindario por esta imagen propició la creación de un templo nuevo en 1912, el mismo que ahora alberga el lienzo. La verbena en honor de la Paloma cobró importancia a finales del siglo XIX y su celebración quedó plasmada en la historia festiva cuando Tomás Bretón y Ricardo de la Vega compusieron la zarzuela 'La Verbena de la Paloma'.
La virgen fue elegida por el propio pueblo de Madrid, junto con la Virgen de la Almudena y la Virgen del carmen. La procesión se celebra el 15 de agosto, con la popular bajada del cuadro de la Virgen. La Paloma se coloca en una carroza engalanada con cientos de claveles de colores y es trasladada a hombros, por los bomberos de Madrid.
