El Defensor del Profesor ha recibido 3.342 llamadas, el 33% por agresiones y amenazas de alumnos y el 21% de padres

Actualizado: jueves, 29 noviembre 2007 20:29

EL 41% del personal educativo sufre ansiedad, el 38% depresión, el 19% baja laboral y sólo el 2% no presenta problemas anímicos

MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

El teléfono del Defensor del Profesor creado por el sindicato de maestros de Madrid ANPE ha recibido en sus dos años de existencia un total de 3.342 llamadas, de las cuales el 23% buscaba denunciar agresiones y amenazas de sus alumnos, y el otro 21% comunicar el acoso y violencia de los padres de los jóvenes.

Según los datos presentados hoy por ANPE, la situación que vive el profesorado se está haciendo cada día más insostenible. Entre un 9 y un 10% de las llamadas dan a conocer agresiones físicas propiamente dichas que buscan mermar la autoestima de los docentes como empujones, arrinconamientos contra la pared, zancadillas o lanzamiento de todo tipo de objetos como bolígrafos, tijeras, tizas o incluso tornillos. Además, revelan que los alumnos les propinan patadas, collejas, puñetazos, les escupen y les tiran piedras cuando van conduciendo.

Es el caso de una maestra, que tras encararse con un alumno al que encontró subido en una silla gritando. "Le pregunto que por qué viene a clase si no le interesa lo que allí se va a explicar. ¿Que a qué vengo? A dar la lata- me contesta de forma insolente y riéndose. No puedo más, me acerco a él y le pido que abandone la clase y vaya al Jefe de Estudios. Se encara conmigo y, ante mi insistencia, me da un fuerte empujón contra la pared, levantando la mano para pegarme. Dos alumnos le sujetan. Sentí vergüenza, impotencia, miedo", recoge una de las conversaciones del teléfono de asistencia del Defensor del Profesor.

En cuanto a los amenazas, que suponen el 13%, se centran en intimidaciones directas, daños a su casa, coche, etc... que buscan acosar al docente, así como a pertenencias individuales (5%). Otra modalidad de humillación es la grabación con móviles o fotografías que luego se difunden por Internet (5%).

Sin embargo, los peligros a los que se enfrentan los maestros no son simplemente de jóvenes estudiantes. Más de un 19% de las denuncias recibidas en el teléfono de la ANPE se refieren a amenazas de los padres del alumnado y el 2% a agresiones de estos familiares. La mayor parte de los casos se deben a que no están de acuerdo con el trato que reciben sus hijos en la escuela, hasta el punto de que el 9% da cuenta de denuncias jurídicas de los padres.

Es el caso de un profesor que presenció cómo dos alumnos se peleaban en el patio del centro, por lo que acude para poner fin a la disputa. Los chicos no hacen caso de sus palabras, y él, para evitar que sigan golpeándose, interviene de forma directa, sujetándoles para separarles. Transcurrido algún tiempo, recibe una citación: los padres de uno de los alumnos le habían denunciado ante la policía, por agresión física a su hijo.

De hecho, si en Secundaria la mayoría de las agresiones son provocadas por los propios alumnos, en Primaria suelen ser los padres los que intervienen en la agresión.

Por otra parte, más de un 58% de las llamadas recibidas son para denunciar las situaciones desagradables que viven diariamente debido a grupos minoritarios de alumnos que impiden el desarrollo normal de la clase y que muestran un total desinterés por adquirir conocimientos.

CONSECUENCIAS

Estas situaciones de tensión conducen a los docentes a un estado de estrés continuo que desencadena en cuadros patológicos físicos y mentales, lo que obliga a la mayoría de ellos a pedir la baja laboral.

Resultado del comportamiento del alumnado un 41% del personal educativo sufre cuadros de ansiedad, el 38% depresión, el 19% baja laboral y sólo el 2% no presenta problemas anímicos.

Los profesores se encuentran también con problemas relacionados con el rendimiento académico, puesto que un 19% plantea presiones para modificar las notas.

Por si no fuera suficiente esta presión del alumnado, los docentes se encuentran también con casos de mobbing o acoso laboral. Un 8% considera sufrirlo de su propio departamento y el 30% de los equipos directivos. El 31% considera que le falta el respaldo de la Administración.

Este tipo de estudiantes no cumple con las normas, interrumpe la clase con comentarios fuera de lugar, no lleva el material escolar al aula, ni realiza los trabajos exigidos; además la mayoría son absentistas y si van a la clase, molestan al resto de sus compañeros.