El filósofo Santesmases celebra el mérito de Gómez al parar el intento de "neutralizar" al PSM por parte del federal

Actualizado: jueves, 7 octubre 2010 14:24

Aboga por unir lo mejor del "radicalismo cívico" que ha representado Jiménez y el "discurso igualitarista" que ha encarnado Tomás Gómez

MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de Filosofía Política y ex diputado del PSOE Antonio García Santesmases ha celebrado el "enorme mérito de la peripecia" del secretario general del PSM, Tomás Gómez, al haber conseguido detener el intento por parte de la dirección federal del PSOE de "neutralizar" y "tutelar" al Partido Socialista de Madrid y su liderazgo, algo que a su juicio supone reproducir la maniobra de la dirección salida de Suresnes en 1974 y es una tradición histórica del PSOE.

"Son muchas las cosas que diferencian a los políticos de la época de Felipe Gónzalez con los de la era de José Luis Rodríguez Zapatero; pero hay algo que los une: el procurar que Madrid nunca levante demasiado la voz, que nunca tenga una personalidad demasiado marcada, que no logre asentar un liderazgo", manifiesta.

En un artículo titulado "El triunfo de un hijo del sur", publicado en 'El Mundo', Santesmases echa mano de la historia y recuerda los debates de los años 30, cuando Francisco Largo Caballero y Julián Besteiro eran elegidos diputados por Madrid y el partido estaba desgarrado por las querellas entre caballeristas y prietistas en la primavera del 36 e incluso cuando Salvador de Madariaga afirmaba que la división de los socialistas fue una de las causas decisivas de la Guerra Civil, pero también de lo ocurrido en la Transición a la democracia y a partir de las primeras elecciones del 15 de junio del 77.

Asimismo, rememora que la renovación del socialismo español la protagonizaron vascos como Redondo, Múgica o Rubial, andaluces como Felipe Gónzalez y Alfonso Guerra y exiliados como Carmen García Bloise, que constituyeron una coalición victoriosa a partir del congreso de Suresnes en 1974, "que siempre miró con recelo a Madrid". Recuerda que en la capital estaban los hombres del Partido Socialista Popular como Enrique Tierno Galván o Fernando Morán; los entonces jóvenes cuadros de Convergencia Socialista como Joaquín Leguina o Juan Barranco y políticos muy relevantes en la lucha antifranquista como Pablo Castellano, Gregorio Peces-Barba y Francisco Bustelo.

REPRODUCCIÓN DE LA MANIOBRA DE SURESNES

"El esfuerzo de la dirección del PSOE, salida desde Suresnes, fue evitar que Madrid se convirtiera en un poder autónomo en la estructura del partido (...) Era imprescindible controlar la Federación madrileña con secretarios generales que no tuvieran la personalidad de los anteriores", señala.

Para Santesmases, esa maniobra de la dirección de Suresnes se ha reproducido en esta ocasión. Seguir hoy con esa inercia es "extraordinariamente peligroso dado el desarrollo del Estado de las autonomías", indica el filósofo, que plantea que son muchos los liderazgos dentro del socialismo que se han consolidado a partir de la experiencia de los Gobiernos autonómicos. "Todos tenemos en la cabeza la importancia de Rodríguez Ibarra en Extremadura, de Pasqual Maragall en Cataluña, de Chaves en Andalucia, de Bono en Castilla-La Mancha o de Areces en Asturias. Pero en Madrid, desde 1989, gobierna la derecha en el Ayuntamiento de la capital y desde 1995 en el Gobierno de la Comunidad", señala, pero "son demasiados años sin un referente importante del socialismo madrileño", concluye.

En este contexto histórico, Santesmases indica que tiene un "enorme mérito la peripecia" de Tomás Gómez. "Una vez más se ha pretendido volver a controlar, a neutralizar, a tutelar a la vieja Federación Socialista Madrileña (me gusta más ese nombre que el actual de PSM). Se ha pretendido realizar esa operación desde el aparato federal. Sólo gracias a que el actual secretario general ha sabido resistir la presión, ha aguantado el envite y ha asumido las consecuencias de una derrota que muchos veían previsible hemos evitado lo peor. Arriesgándolo todo, estando dispuesto a dar por concluida su vida política, ha sido capaz de devolver un sentido de orgullo, de autoestima, de dignidad a los socialistas madrileños", recalca.

Y lo ha hecho, destaca, teniendo que dirimir la pugna sin ningún debate entre candidatos, lo que hacía muy difícil ganar. "Votar por lo que dicen las encuestas, por la imagen personal, por la simpatía, hace que sea difícil dirimir las razones de los votantes", manifiesta el socialista.

A su juicio, para los partidarios de Trinidad Jiménez lo importante era presentar una candidata capaz de movilizar a las clases medias, disputar el espacio del centro y agregar a distintos sectores partidarios de un radicalismo cívico. "En esa apuesta eran plenamente zapateristas porque recogían lo mejor del legado de Zapatero en la defensa del matrimonio homosexual o de una política de integración que no tuviera miedo a la diversidad, y recogiera los distintos acentos de una comunidad plural", estima.

Pero el discurso de Tomás Gómez era distinto y cree que fue calando porque "recogía la dignidad del hombre que supo decir que no", pero también supo poner encima de la mesa un problema al que todo socialista es sensible: "la necesidad de que alguien del sur ganara las primarias y disputara la presidencia de la Comunidad de Madrid". "Cuando subrayó con orgullo lo conseguido por un hijo de la clase trabajadora, logró ganar para su causa a muchos militantes de la periferia, pero también a muchos miembros de las clases medias profesionales que piensan que ya era hora de volver a hablar de igualdad. Sin libertad no hay democracia, y sin democracia no hay socialismo, pero es imposible lograr algo que se acerque al socialismo sin combatir día a día la desigualdad", recalca.

Y es aquí donde, a su juicio, está el reto de futuro: "recoger lo mejor del radicalismo cívico que ha representado muy acertadamente Trinidad Jiménez y el discurso igualitarista que ha encarnado en su persona, en su biografía y en su relato Tomás Gómez".

Aunar esas dos sensibilidades es lo decisivo en una comunidad que ofrece muchas posibilidades para ello, pues la presidenta, Esperanza Aguirre, ha sabido dar la batalla "en el campo de los valores, ha sabido defender con fuerza a los neoliberales en economía, apoyar a los sectores neoconservadores en cuestiones de moral, y defender con vigor su interpretación de la historia de España", pero la izquierda madrileña espera un liderazgo que sepa difundir "una interpretación alternativa de la historia de España, sostener una concepción incluyente de la laicidad y conectar con unas bases sociales que tienen miedo al paro, y ven con pavor cómo se resquebrajan los sueños igualitaristas". "Esas bases, sin embargo, han vivido con asombro, y con alegría, que uno de los suyos vaya a disputar la presidencia de la Comunidad de Madrid", celebra.

García Santesmases señala que se tardará en asimilar el mensaje de lo ocurrido el 3 de octubre de 2010 porque es algo nuevo: "Alguien del sur se enorgullece de su pasado, reivindica su biografía y quiere disputar la hegemonía a la élite económica y social. Estamos ante un hecho nuevo que inquieta a los poderes económicos tradicionales y que desconcierta a las clases medias socialistas que pensaban que los conflictos de clase eran cosa del pasado. Un hijo del sur ha triunfado y algo nuevo se abre en la vida política madrileña y española", ha planteado.

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