'Grafiteros' y 'botelloneros' de Madrid podrán eludir la multa y reparar sus daños con trabajos a la comunidad

Actualizado: miércoles, 30 septiembre 2009 15:21

Limpieza intensiva, incremento de multas y control policial, así como concienciar a los infractores, claves de la lucha contra el grafiti

MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Ayuntamiento de Madrid ha comenzado a aplicar un programa educativo para que los 'grafiteros' y 'botelloneros' sancionados puedan eludir la multa y reparar sus daños limpiando sus propias pintadas, recogiendo la basura generada por el botellón o realizando otros trabajos para la comunidad.

Así lo manifestó hoy la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, que anunció que ocho jóvenes de entre 16 y 20 años han comenzado este mes los trabajos que sustituyen la sanción económica, interpuesta tras ser sorprendidos 'in franganti' por la Policía Municipal realizando grafitis, por la limpieza de fachadas manchadas de forma voluntaria.

En ningún caso esta sustitución afecta a la indemnización que han de pagar los infractores por los costes derivados de la limpieza del grafiti. Para Botella, la finalidad no es otra que "despertar la conciencia ciudadana y la responsabilidad de los infractores".

El Ayuntamiento ha limpiado desde 2007 un total de 4,5 millones de metros cuadrados de grafiti y ha impuesto 126 sanciones desde 2008 y, de momento, 26 infractores han solicitado la sustitución de la multa por la limpieza de las fachadas.

De momento, los ocho chicos participantes actualmente en el programa están divididos en grupos de cuatro y van acompañados de un educador social de la asociación Trama y de profesionales del servicio de limpieza de grafiti de la capital. De los primeros ocho, siete son mayores de 16 años, seis son varones y dos mujeres. Todos son españoles excepto uno y la mayoría reside Madrid. Todos son estudiantes y sólo uno no ha finalizado los estudios primarios.

La valoración, hasta el momento, es "muy positiva", según la delegada, "ya que los chavales han demostrado un gran interés en el trabajo y en las actividades de grupo". Para la sustitución de la multa por horas de trabajo el Ayuntamiento valora la cuantía de la sanción. Sobre ésta se aplica un criterio subjetivo (educativo) y otro objetivo, la atribución de un valor económico a la hora de trabajo. El salario mínimo interprofesional de un trabajador temporal sin cualificación es de 4,89 euros la hora.

El resultado de la aplicación de ambos ha dado unos criterios generales. Para mayores de 16 años no se alargará el trabajo más de 20 días y se realizará en jornadas de 8 horas; mientras que para los chicos entre 14 y 16 años el trabajo no durará más de 8 días en jornadas de 4 horas. Todos los trabajos se realizarán en fin de semana.

PROGRAMA EDUCATIVO

La concejala de Medio Ambiente destacó que esta medida se podrá aplicar en el futuro a los jóvenes sancionados por beber alcohol en la vía pública a través de trabajos sociales a la comunidad, sin descartar que participen, siempre de forma voluntaria, en limpiar los desperdicios generados por sus botellones.

Botella justificó estas "acciones coercitivas", ya que "se han dado desde el derecho romano", a la que se suma en esta ocasión una función educativa, "para que los chicos sean conscientes del daños que están ocasionando". "Este programa nos cuesta un dinero pero consideramos que la función educadora de estos jóvenes compensa", dijo.

Según explicó, el programa está siendo "muy bien valorado" por las comunidades de vecinos de las fachadas 'grafiteadas' porque muchas "han realizado un gran esfuerzo para rehabilitar y pintar la fachada de su edificio; o los comerciantes que han abierto con gran esfuerzo su negocio para que vengan estos niños y por diversión o para transgredir se los destrozan".

"Al ciudadano le fastidia salir por la calle y ver el estado deplorable que se encuentra por los grafitis o el que se levanta muy pronto porque tiene que ir al trabajo y se topa con los restos del botellón", agregó.

Para Botella, el grafiti genera una importante pérdida de la "armonía estética" y provoca "un daño injustificado" en calles, edificios, monumentos, mobiliario urbano y barrios. "Las pintadas y los grafiti no tienen nada de arte, sino que son una muestra del poco civismo y la pésima educación del que las realiza, razón más que suficiente para que la solución no pase por reservar espacios para los grafiteros, sino por medidas que fomenten el uso responsable del espacio público que comparten los ciudadanos", argumentó.

En este sentido, la delegada de Medio Ambiente dijo que el grafitero siempre busca la transgresión y que por eso "no se les puede dar una pared para que pinten". Por ello, apostó por ciudades como Nueva York, en las que se ha conseguido reducir el número de pintadas urbanas "a base de la presencia policial y de aumentar las multas".

CRÍTICAS A LOS PADRES DE LOS DETENIDOS EN POZUELO

Por otro lado, la edil de Medio Ambiente destacó que los jóvenes participantes en este novedoso proyecto cuentan con el apoyo y la autorización de sus padres, "que se implican en la educación de sus hijos y para que asuman su responsabilidad dentro de su edad".

"Lo que no puede ser es como lo ocurrido en los incidentes de Pozuelo, que después de una conducta antisocial han ido los padres detrás para criticar o castigas a sus hijos. En este caso (programa de grafiti) los padres sí quieren que sus hijos, dentro de una función educativa, hagan este trabajo a la comunidad en vez de pagar la multa", añadió.

El director de la asociación Trama, Enrique Arribas, explicó que lo novedoso de este programa es que los jóvenes cuentan con un educador que les asesora. Así, indicó que, una vez aceptado el trabajo reparador, se presentan en la casa de la familia, habla con los padres, les explica el trabajo que realizarán sus hijos y reflexionan en común para conocer por qué ha realizado esta acción antisocial.

"Reflexionamos sobre muchos aspectos porque las pintadas se suelen hacer de madrugada de 3 a 7 horas. ¿Qué hacen estos menores por Madrid a estas horas?", se preguntó Arribas, al tiempo que destacó de forma positiva que los jóvenes sancionados vuelvan al lugar donde antes habían pintado. "Algunos, después de limpiar la fachada, han vuelto y han visto nuevas pintadas y se han enfadado mucho", reveló.

SANCIONES

Desde el pasado 24 de marzo Madrid tiene una nueva Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de los Residuos, que incluye, en su artículo 89, la posibilidad de suplir una sanción económica por trabajo. La normativa pretende fomenta la separación de los residuos en origen, el mantenimiento de la limpieza de la urbe, así como comportamientos más respetuosos con el entorno urbano.

Sobre esta base, la actuación del Ayuntamiento contra el grafiti tiene tres frentes: eliminar las pintadas mediante la limpieza intensiva de la ciudad; más control policial sobre los grafiteros e incremento de las multas, y concienciar a los infractores para mejorar su responsabilidad civil.

La antigua Ordenanza de Protección de Medio Ambiente Urbano establecía sanciones de entre 60 y 90 euros, que podían elevarse a 150 euros en caso de reincidencia. La nueva Ordenanza de Limpieza y Gestión de Residuos establece entre 300 y 3.000 euros la cuantía de las multas que, si hay reincidencia, pueden llegar a 6.000 euros.

La nueva norma contempla también la posibilidad de decomiso y destrucción del material usado en la realización de las pintadas, grafiti e inscripciones. Es imputable a los autores el coste de la limpieza y subsidiariamente, en el caso de menores de edad, a quienes ostenten la patria potestad o tutela.