Un grupo de turistas españoles llega a Madrid tras abandonar Birmania antes de que se recrudeciera el conflicto

Actualizado: sábado, 29 septiembre 2007 15:22

El grupo regresa a España sin conocer apenas lo que sucedía en el país asiático ya que las comunicaciones estaban bloqueadas

MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de 25 españoles, que se encontraban en Birmania cuando comenzaron los conflictos entre los monjes budistas y el régimen militar, aterrizó esta mañana en el aeropuerto madrileño de Barajas sin tener apenas conocimiento de lo que estaba sucediendo en el país asiático al tener las comunicaciones bloqueadas.

En declaraciones a Europa Press, Mª Isabel Granados, una turista que llegaba de Yangon, explicó que habían salido del país antes de que se iniciaran los conflictos más violentos, pero que de igual modo no se hubieran enterado porque entre las ciudades y pueblos del país "no hay comunicación".

"Sabíamos que los monjes se estaban organizando para protestar porque creo recordar que habían matado a uno de ellos y querían que el Gobierno se disculpara. Y se estaban organizando, encerrándose en una pagoda y supimos que eso tuvo lugar sin mayores problemas cuando no estábamos en la capital", añadió.

Francisco Alcaide, Carmen Hernández y Ana Alonso, compañeros de viaje y miembros del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, coincidieron con Granados en que cuando el conflicto comenzó a recrudecerse habían salido ya de Yangon, así como en denunciar que las comunicaciones vía Internet están cortadas. "Tienen bloqueados Google y Hotmail", lamentó Hernández.

Este grupo de colegas incidió en que ponerse en contacto con su familia eran muy difícil ya que, aparte de tener restringido el acceso a Internet, el uso del teléfono móvil está prohibido por la Junta Militar. Asimismo, Alonso agregó que cuando los monjes se estaban manifestando el pasado miércoles en la pagoda, no coincidieron con la protesta "por media hora".

El guía y director de la agencia de viajes organizadora del tour, César García, subrayó que la situación es muy conflictiva, aunque defendió que los turistas que están allí no tienen problemas dado que lo que están buscando son periodistas para que no salgan informaciones de lo que ocurre en el país. "Las últimas noticias que tenemos son que hay más heridos y más muertos de los que dicen las cifras oficiales", añadió.

"Hace unos diez días hubo una concentración de monjes, el ejército actuó y uno de los monjes resultó herido y murió posteriormente. Como consecuencia de esta muerte, el resto de los monjes decidieron pedir silencio y en una manifestación no violenta salir a las calles en varias poblaciones", explicó García basándose las informaciones que poseía.

PREOCUPACIÓN ENTRE LOS FAMILIARES

El control de las telecomunicaciones que ejerce la Junta Militar de Myanmar hizo imposible que los familiares de los turistas pudieran contactar con el grupo de turistas. Este es el caso de Juan Carlos Fernández, cuyo hermano se encontraba en el país asiático en una situación "de total incomunicación porque no funcionaba la telefonía móvil".

"Intentábamos llamar a todos los hoteles de Mandalay donde supuestamente pensábamos que estaría y en ninguno hablaban inglés, excepto en uno que nos reportó que había tres turistas españoles, pero no eran mis familiares", añadió.

Finalmente, localizó a su hermano en Yangon y cuando pudo contarle las informaciones que llegaban a España de lo que estaba sucediendo en el país asiático se mostró sorprendido por lo que estaba pasando. Juan Carlos aprovechó para advertirle de que no visitará las pagodas ni tomará fotografías y que se quedará en el hotel.

Por su parte, Lourdes Garcés, esposa del guía, comentó que en sus contactos con él, "breves porque eran llamadas para decir que estaban bien", relató que el grupo "no tenía sensación de miedo ni de que aquello se pudiera complicar". "Las cosas se complicaron cuando la Junta Militar decidió intervenir y frenar a los manifestantes pero en ningún momento sintieron miedo porque, por aquel entonces estaba todo muy tranquilo", concluyó.