MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una membrana de hiedra artificial cubrirá el nuevo edificio de los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo del Campus de la Justicia de Madrid, cuyos arquitectos, los españoles Fernando Pino y Manuel García Paredes, han concebido su estructura como si estuviera formada por células independientes unidas entre sí.
Desde el interior, los funcionarios y el público podrán percibir el exterior a través de este "velo" traslúcido que permitirá la iluminación natural de las instalaciones, lo que contribuirá al ahorro energético.
El nuevo edificio es el último adjudicado por el Gobierno regional que pasará a integrar el macrocomplejo judicial más grande del mundo, cuya superficie será de 500.000 metros cuadrados. Hasta la fecha, el Ejecutivo madrileña ya ha puesto en marcha ocho de los dieciséis edificios que formarán parte del futuro Campus de la Justicia, situado en el barrio de Valdebebas, lo que supone un 50% del proyecto total.
El vicepresidente segundo y consejero de Justicia, Alfredo Prada, presentó hoy las nuevas instalaciones, en compañía de sus artífices. "El proyecto resume la filosofía y la esencia de un conjunto arquitectónico como es el Campos de la Justicia basado en los principios de vanguardia y servicio al ciudadano", señaló Prada.
En definitiva, apuntó el consejero, se trata de "un proyecto ambicioso y socialmente necesario que sitúa a Madrid a la cabeza de la infraestructuras judiciales más innovadores del mundo". Prada celebró que, "una vez más", el Ejecutivo madrileño "ha conseguido el objetivo que se había marcado, aunando modernidad, solemnidad y funcionalidad en el nuevo edificio".
DISPOSICIÓN CELULAR
En la presentación, Fernando Pino subrayó que la característica principal del nuevo edificio que albergará los 48 Juzgados de lo Contencioso Administrativo parte de "la concepción del Campus de la Justicia como un bosque urbano donde los edificios se desarrollan como pabellones dentro de un parque".
En concreto, la estructura del edificio está contemplada como una disposición celular aglutinada por una membrana de hiedra artificial que recubrirá las instalaciones. Según explicó Pino, "la hiedra artificial está compuesta a base de paneles que funcionan como un filtro para dar una superficie continúa que permite ver con nitidez lo que hay fuera del edificio".
Esta especie de "velo" cubrirá las células independientes que integran el edificio, cuya forma y disposición depende del equilibrio entre la actividad que acogen y las relaciones que deben establecer tanto con el resto de las células que componen las instalaciones como con el exterior del mismo.
PATIO CENTRAL, UN JARDÍN
El edificio contará con un jardín central de funcionarios a modo de pieza de acceso a los núcleos restringidos de las instalaciones, que a su vez permitirá iluminar los distintos niveles que integran la estructura. El personal se moverá a través del jardín, lo que permitirá un funcionamiento interno paralelo con recorridos localizados.
Respecto a la organización, la planta baja albergará el mayor contacto con el público, mientras las plantas superiores se destinarán a las Unidades de Apoyo Directo (UAD) y a los Servicios Comunes Procesales (SCP). En los niveles bajo se localizarán la zona de archivos.
A la hora de diferenciar entre visitantes y funcionarios, el diseñador destacó que el proyecto establece "campas circulatorios", lo que permite crear puntos de contacto en aquellas partes que requieren pertenecer a ambas circulaciones.
Por otro lado, Pino recalcó que el edificio plasma la idea de sostenibilidad y compromiso medioambiental que preside el proyecto del Campus de la Justicia. Como ejemplo, explicó que la membrana exterior funciona como un colchón protector que reducirá los saltos térmicos entre exterior e interior del edificio.
Además, se dispondrá de un sistema de reutilización de aguas grises del edificio para el riego de las zonas ajardinadas que rodean las instalaciones.