MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El proyecto de remodelación de la calle Serrano de Madrid contempla la reducción de carriles de tráfico rodado de seis a cinco, dos de los cuales estarán reservados para el transporte público, además de la construcción de tres aparcamientos subterráneos con más de 3.000 plazas para residentes y visitantes con las cuales se financiarán los 106 millones de euros que costará la reforma, que durará aproximadamente dos años a partir del inicio de las obras, sin fecha definitiva aún pero que comenzarán previsiblemente en el segundo semestre de este año.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, acompañado por los delegados de Obras y Espacios Públicos, Paz González, Economía, Miguel Ángel Villanueva, Hacienda, Juan Bravo, y Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo, presentó hoy la propuesta, que se someterá durante un mes a información pública, periodo durante el cual los vecinos y comerciantes de la zona podrán presentar todas las alegaciones que consideren necesarias.
Así, lo más relevante del proyecto, realizado por los arquitectos Clara Eslava y Miguel Tejada, es la transformación de amplias zonas hoy ocupadas por los vehículos en espacios peatonales. "Queremos que ésta sea una calle emblemática de un Madrid renovado", profetizó González.
Para lograr esa liberación de espacio la primera medida es aumentar en todo el conjunto afectado por las obras, casi dos kilómetros desde María de Molina hasta la Puerta de Alcalá y calles adyacentes, las zonas peatonales, que pasarán de los 43.751 metros cuadrados actuales a más de 64.830. "Esta apuesta por los espacios peatonales nos permitirá aumentar la acera de los impares hasta los cinco metros y las de los pares hasta los 10 metros", puntualizó el alcalde.
Además, se creará un carril bici de 2,3 kilómetros con lo que "la bicicleta podrá hablar de tú a tú con otros medios de transporte", matizó González.
El aumento de las aceras provocará una reducción de la calzada, que pasará de tener seis carriles actualmente a contar sólo con cinco, dos de los cuales estarán reservados al transporte público. En concreto, el de la acera de los impares será para autobuses y taxis mientras que el de los pares será para taxis y motos, así como para las labores de carga y descarga de mercancías y para las paradas breves de vehículos particulares.
Con esta medida, el Gobierno municipal pretende mejorar la movilidad de una zona "donde el 20 por ciento de los coches que circulan son taxis".
MEJORAS AMBIENTALES Y ESTÉTICAS
Asimismo, el objetivo del Consistorio con esta reforma es "renovar todos los servicios básicos, mejorar el tráfico y dotar a todo el eje de una mayor calidad ambiental" y estética. Para ello, se aumentará el arbolado un 53 por ciento, sumando 813 árboles a los 1.535 ya existentes, y se renovarán papeleras, bancos, bordillos y pavimentación singulares, pensados para "crear un ambiente uniforme en toda la zona".
En este sentido, la plaza de la Independencia verá modificado su pavimento y sus jardines, y se desarrollarán las calles transversales, eliminando el aparcamiento en batería y rebajando los bordillos.
También se reordenará el tráfico en la intersección de Serrano con María de Molina, reestructurando el flujo para recuperar una zona peatonal delante del Museo Lázaro Galdiano y cambiando el giro entre ambas vías.
La última medida afectará a las 952 plazas de aparcamiento que desaparecerán de la superficie, "el equivalente a 17 pistas de tenis" según el alcalde, y que se trasladarán a los tres aparcamientos subterráneos que se construirán en Hermanos Bécquer y Marqués de Villamejor, entre Ortega y Gasset y Hermosilla, y entre Jorge Juan y la Puerta de Alcalá.
En total se sumarán más de 3.000 plazas de aparcamiento, el 25 por ciento de las cuales serán de rotación en las primeras plantas de cada parking, sirviendo de "vestíbulos de una de las zonas comerciales más atractivas de Madrid", mientras que el resto serán para residentes, si bien "aún no se ha fijado definitivamente el modelo de gestión", cuestión de gran importancia ya que serán estos espacios los que financien el total de la obra.
"Intentamos potenciar el comercio de la zona, para lo cual los comerciantes necesitaban plazas de rotación", explicó Gallardón, añadiendo que "las rampas de acceso a los aparcamientos se integrarán estratégicamente en las calles transversales, buscando el menor impacto sobre la calidad ambiental y sobre la movilidad de Serrano".