Siete maestros y un mediador impartirán clase a los niños del Gallinero desde noviembre en un colegio especial de Aluche

Actualizado: miércoles, 22 octubre 2008 18:10

El centro, gestionado por Cruz Roja, tendrá comedor, laboratorios, gimnasio y una pista deportiva para intentar evitar el absentismo

MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los niños del poblado chabolista del Gallinero, en la Cañada Real Galiana, comenzarán a acudir a clase a principios de noviembre en un colegio acondicionado especialmente para ellos por la Consejería de Educación en el madrileño barrio de Aluche, que contará con una plantilla inicial de siete profesores y un mediador social.

Estos profesionales, especializados en el trabajo con población en riesgo de exclusión, están siendo seleccionados por Cruz Roja, organismo que se encargará de la gestión y del proyecto educativo del nuevo centro. Así lo anunció esta mañana la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, que estuvo acompañada por el coordinador general de Cruz Roja Comunidad de Madrid, Joaquín Pérez; la concejala del distrito de Latina, Begoña Larrainzar, y parte del equipo educativo que comenzará a trabajar en el centro.

La Consejería de Educación ha invertido un total de 180.000 euros en la puesta a punto y el equipamiento de las instalaciones, que contarán con 12 aulas, comedor, laboratorios, gimnasio con duchas y una pista deportiva. Asimismo, destinará 470.000 euros anuales para cubrir todos los gatos de funcionamiento y personal. De igual modo cubrirá los gastos de una ruta de transporte escolar para el desplazamiento de los menores desde la Cañada Real, comedor, seguros y material didáctico. El Ayuntamiento de Madrid proveerá de vestuario y realizará en colaboración con varias ONG labores de mediación con las familias.

La creación de este centro, anunciada el pasado viernes por Figar, y por la concejala de Familia y Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Madrid, Concepción Dancausa, pretende integrar en el sistema educativo a un total de 141 menores que en su mayoría no están empadronados ni habían solicitado plaza escolar según detectaron los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid.

El objetivo final es que los menores, la mayoría de ellos rumanos, tengan una escolarización a la medida de sus necesidades sociales y educativas y puedan eventualmente incorporarse con garantías a un centro educativo ordinario en el futuro, aunque ningún responsable supo indicar a Europa Press cuánto tiempo necesitarían para integrarse.

Figar señaló durante la visita que el departamento que dirige ha atendido todas las solicitudes de escolarización de esta zona deprimida, que son formuladas por los padres y, en muchos casos, vía instituciones y servicios sociales.

"En un tiempo récord de siete días hemos rehabilitado y puesto en marcha las instalaciones y un equipamiento totalmente nuevo para que puedan estrenar los chicos del Gallinero cuando empiecen a llegar. No vamos a escatimar ningún apoyo a las necesidades que nos vaya planteando Cruz Roja", dijo.

EL TRABAJO PREVIO EN EL POBLADO

Figar anunció que también se ha destinado una partida presupuestaria para apoyar el proyecto educativo de Cruz Roja con profesionales cualificados en el propio Gallinero en una primera instancia. Así, realizan una labor con las familias de mediación para conseguir la escolarizarización a sus hijos, "una herramienta para otorgarles oportunidades con el fin de que en el futuro lleven una vida digna", apuntó la consejera.

En este sentido, el director de Intervención Social de Cruz Roja, Ignacio Azcárraga, señaló que en el propio poblado ya se ha efectuado un censo de menores, con 70 solicitudes de escolarización. "El trabajo ya está iniciado y calculo que en 10 ó 15 días como mucho podamos recoger ya los primeros niños. El procedimiento es llegar al Galllinero, casi casa por casa e ir convenciendo a las familias que es importante que el menor venga", agregó.

Alcárraga afirmó que, de momento, la aceptación de la iniciativa ha sido buena por parte de la familia, y en la mayoría de los casos se ha recogido la solicitud. "Otra cosa es la realidad, ir a la casa, traer al menor y mantenerle escolarizado", añadió.

Así, Figar anunció que Cruz Roja tendrá flexibilidad para plantear los horarios y la enseñanza en esta escuela especial, además de conocimientos, formación alimenticia, normas de compartimiento e higiene.

Uno de los trabajadores sociales de esta entidad destinados en el asentamiento marginal, Daniel Ahlquist, subrayó, entre las fortalezas de la iniciativa, la puesta en marcha de un censo de menores realizado conjuntamente con el Ayuntamiento de Madrid y la aceptación por parte de la mayoría de las familias, que ya escolarizaron a sus hijos en otros países.

Por su parte, otro de los empleados de Cruz Roja, Óscar Álvarez, contó entre las dificultades del proyecto las "lamentables" condiciones de vida de los niños y sus familias, acentuadas con las dos últimas inundaciones, en las que perdieron colchones y ropa, lo que obligó a retrasar el proceso.

"Llevamos un tiempo trabajando, la gente ya nos conoce allí y hablamos continuamente con la familia. Nuestra baza es mediar para que los menores vengan al centro. El idioma es otra dificultad y hay que trabajarlo desde el principio para que se queden", indicó.

ATENCIÓN EDUCATIVA PERSONALIZADA

Los alumnos contarán con una atención educativa personalizada para que aprendan el castellano y superen desfases curriculares profundos. Se les enseñarán normas de higiene y comportamiento y hábitos alimenticios saludables. La idea del proyecto no es sólo proporcionar a los menores una plaza escolar, sino que tanto ellos como sus familias descubran y valoren la importancia de la educación y de la permanencia en el colegio.

Al tratarse de menores de distintas edades, el centro organizará sus actividades en cuatro etapas educativas: Infantil (3 a 5 años), en la que se iniciará a los menores en el aprendizaje del castellano, actividades de socialización y hábitos de higiene; Primaria A (6 a 7 años), que reforzará el proceso iniciado en Infantil, además de sentar las bases de la lectura, la escritura y operaciones de cálculo elementales; Primaria B (8 a 11 años), que tendrá la organización y el funcionamiento de un aula de enlace.

Por otro lado, los profesores atenderán a los alumnos mayores de 12 años también en los ámbitos del castellano, la socialización, los hábitos de higiene y la lectura y escritura.

Un total de 1.098 menores de la Cañada Real --de una población estimada en 40.000 habitantes-- están escolarizados en diversos centros educativos públicos y concertados de los distritos madrileños de Vallecas y Vicálvaro, y de municipios cercanos como Getafe, Rivas-Vaciamadrid, San Fernando de Henares y Coslada.

"Hay un porcentaje alto de absentismo en estos casos. Por eso tenemos tanta confianza puesta en este proyecto de carácter singular para ver si funciona mejor y conseguimos que los menores asistan con asiduidad a las clases y al proyecto educativo que hemos planteado para ellos. Pero el objetivo de este centro no es que se perpetúen aquí, sino que a medio plazo puedan asistir a clases normales", concluyó Figar.