Tribunales.- Los forenses discrepan sobre la causa de la muerte del bebé supuestamente asesinado por su madre en 2004

MADRID 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los forenses que comparecieron hoy en el juicio contra Patricia R.S, acusada de asesinar el 23 de mayo de 2004 a su bebé recién nacido en su casa de Moralzarzal, discreparon sobre la causa que provocó el fallecimiento del niño, que fue encontrado en un contenedor de basura. Mientras que unos defendieron que hubo sufrimiento fetal, otros sostuvieron que el bebé murió por una parada cardio-respiratoria.

La joven, de 23 años, se enfrenta a una petición fiscal de 20 años de prisión por un delito de asesinato, con la agravante de parentesco. Según la fiscal, la chica llenó la boca del bebé recién nacido con papel de celulosa y le presionó fuertemente la nariz y la boca hasta producirle una parada cardio-respiratoria.

En la prueba pericial, lo especialistas expusieron tres versiones contradictorias. En la primera de ellas, Antonio Gómez, director del Instituto Nacional Toxicológico, defendió que se produjo una infección en el líquido amniótico que afectó al pulmón del feto, lo que ocasionó, dijo, "un sufrimiento fetal que pudo haber provocado la muerte del feto".

El forense ratificó así el informe pericial que realizó a partir de los órganos del bebé, en el que se concluyó que "el feto no presentaba signos de respiración". A la vista de su pericia, subrayó que es "probable" que el bebé "naciera sin vida", tal y como defiende la propia acusada.

MUERTE INDUCIDA

Frente a esta versión, las doctoras Buitrago y Andrade explicaron al jurado popular que juzga estos hechos que la supuesta infección al respirar el líquido amniótico no pudo desencadenar la muerte, ya que se detectaron mínimas cantidades de esta sustancia.

Aunque reconocieron que pudo haber un sufrimiento fetal leve, insistieron en que la muerte se produjo a consecuencia de una parada cardio-respiratoria que se produjo después de que se le introdujera un "objeto blanco" en el interior de la boca.

No obstante, el doctor Pérez Agua sostuvo que el algodón que se encontró al bebé en la boca fue utilizado por la madre para evitar que salieran al exterior los líquidos del propio feto muerto. Su teoría apunta a que el fallecimiento se produjo con motivo de un sufrimiento fetal derivado de un parto de cara, cuyas complicaciones habituales se hubieran resuelto en un hospital con una cesárea.