El TSJM garantiza que la intimidad de los vecinos del centro no se verá menoscabada con las 31 cámaras

La Comisión de Videovigilancia reunirá el próximo lunes por la tarde, fecha en la que dará el visto bueno al proyecto MADRID 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Javier María Casas, garantizó hoy que la intimidad de los vecinos del centro de la capital no se verá "menoscabada" con la instalación de un total de 31 cámaras de vigilancia que el Ayuntamiento de Madrid tiene previsto colocar para incrementar la seguridad en la zona y rebajar los elevados índices de delincuencia.

La Comisión de Garantías de Videovigilancia del Alto Tribunal, acompañada del delegado de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo, se desplazó esta mañana a cada uno de los puntos donde se colocarán las cámaras de control, 30 de ellas móviles y una fija. El recorrido comenzó en la calle Montera y concluyó en la calle de Valverde.

Además de Casas, integran también la Comisión el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, el presidente de la Federación Madrileña de Municipios, la abogada jefe del Estado de Madrid y un abogado del Estado de la Delegación de Gobierno. El grupo se reunirá el próximo lunes por la tarde, fecha en la que dará el visto bueno al proyecto.

"La ubicación no es conflictiva porque hay zonas de la vía pública que no están bajo la cobertura de las cámaras para evitar que la intimidad de los vecinos se vea menoscabada. Se trata de garantizar los derechos de los ciudadanos", subrayó Casas.

El máximo responsable del TSJM precisó que "los vecinos tendrán derecho a recurrir cualquier decisión", si bien se mostró convencido de que los habitantes del centro no protestarán. "Estamos amparando sus derechos. Los derechos de todo los vecinos estarán garantizados", apostilló.

SISTEMA DE AUTODESTRUCCIÓN

Las 31 cámaras de control, que estarán en funcionamiento a principios de 2008, se repartirán entre la calle Montera, Gran Vía, las plazas de Callao, la del Carmen, la de Soledad Torres Acosta y aledaños, como la calle Ballesta, la Puebla, Mesonero Romanos, Barco, Valverde, entre otras.

En concreto, se instalarán próximas a las farolas de alumbrado público o semáforos con el objetivo de no intervenir sobre fachadas y tejados de comunidades de vecinos. La gestión de la videovigilancia se realizará desde el centro de integración CTV policial.

Además, las imágenes que se tomen serán destruidas por el propio sistema a los siete días, excepto aquellas en las que sus protagonistas cometan algún delito.

RECUPERAR EL USO PÚBLICO

Tras el recorrido, Calvo explicó a los periodistas que esta iniciativa está encaminada a "recuperar el uso público" de las calles del centro como "algo no privativo" para que "no haya actividades de trapicheos o prostitución". Además, indicó que también pretende disminuir la delincuencia y disuadir "el ejercicio de la prostitución en la calle".

El delegado destacó que se pretende trasladar la experiencia de las cámaras instaladas en 2005 en la Plaza Mayor a la calle Montera y la plaza de Soledad Torres Acosta, zonas que registran, según apuntó, "el mayor índice de inseguridad y delincuencia" del centro de la capital.

Asimismo, subrayó que "a día de hoy" no está previsto colocar cámaras de seguridad en otros puntos de la ciudad, si bien no descartó que en el futuro el Consistorio estudie su instalación en otros puntos.

Si la Comisión da luz verde al proyecto, Calvo explicó que la decisión se trasladaría a la Delegación de Gobierno. Una vez que llegue el permiso al Ayuntamiento, se procedería con carácter urgente a tramitar el expediente administrativo y, con él, el proceso de contratación.

"Es difícil que su instalación sea antes de las Navidades", apuntó Calvo, quien se mostró convencido de que la Comisión dará el próximo lunes el visto bueno al proyecto, ya que en su día así lo hicieron con la cámaras desplegadas en la Plaza Mayor.

Durante el recorrido, la calle Montera presentaba esta mañana escasa afluencia de prostitutas por el miedo a ser captadas por las cámaras que acompañaban al grupo. Mientras que algunas se escondían en la entrada de las tiendas de la zona, otras se tapaban el rostro para no ser grabados.