La Unidad de Salud Mental para Personas Sordas del Gregorio Marañón atiende a más de 3.500 pacientes desde su creación

Actualizado: sábado, 17 mayo 2008 14:39

MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -

La Unidad de Salud Mental para Personas Sordas del Hospital Gregorio Marañón, de la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, ha atendido a más de 3.500 pacientes desde su creación en 2001, situándose en la primera unidad especializada en esta materia existente hasta ahora en España.

La importancia de la Unidad de Salud Mental radica en que ofrece una asistencia de calidad en salud mental a un conjunto de ciudadanos que presentan una mayor prevalencia de trastornos mentales. En 2007, la Unidad atendió a más de 400 pacientes y cada año se incorporan 60 nuevos pacientes, que generan aproximadamente 600 consultas.

Se atiende a pacientes con carácter ambulatorio y en régimen de hospitalización, y su actividad asistencial está dirigida al conjunto de personas sordas profundas y otras personas con distintos grados de pérdida auditiva de todas las edades. La unidad está compuesta por un equipo de psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales que utilizan el sistema de lengua de signos.

Entre sus pacientes se encuentran: personas sordas profundas congénitas o prelocutivas, de las que existen en torno a 5.000 personas en la región, y en las que el déficit de comunicación que padecen afecta al desarrollo intelectual, intercambio social y es la base deposibles trastornos emocionales; personas sordas profundas postlocutivas, es decir, personas que han ido perdiendo la capacidad de oír con los problemas de adaptación personal y funcional que lleva consigo; otras personas con menores de pérdidas auditivas, y personas sordas con déficits asociados, que constituyen entre el 24 y el 30% de las personas sordas profundas.

También se atiende a personas sordas candidatas a implantes cocleares. En esta unidad se garantiza el acceso de las personas con discapacidad auditiva a los servicios de salud mental en igualdad de condiciones con los pacientes oyentes, mediante la oferta de un servicio específico que toma en consideración sus características diferenciales, y que respeta su derecho a elegir el sistema de comunicación que prefieren.