Actualizado 15/10/2008 12:17

Los fabricantes de coches, muy preocupados por la inminente aprobación de los límites de CO2 en la UE

MADRID, (EUROPA PRESS)

El director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Luis Valero, expresó hoy la "honda preocupación" de la industria automovilística ante la inminente aprobación de las normas que limitarán en 2012 las emisiones de CO2 de los coches a 120 gramos por kilómetro, y que establecen severas sanciones para las marcas que incumplan esos límites.

Valero indicó a Europa Press que los nuevos límites a las emisiones de CO2 se van a poner en marcha "en el peor momento", puesto que la aprobación de la normativa coincide con un descenso generalizado del mercado automovilístico y con los ajustes de producción y empleo que están llevando a cabo los fabricantes ante la situación económica.

El director general de Anfac avanzó que la organización tiene previsto plantear esta cuestión en la entrevista que ha solicitado con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien pretenden informar de los perjuicios que supondría para la industria automovilística nacional la aprobación de cualquier medida que supusiera una merma de su competitividad.

"El sector del automóvil se siente maltratado respecto a otros sectores", apuntó Valero, quien recordó que la patronal europea de fabricantes Acea solicitó la pasada semana un paquete de créditos blandos por importe de 40.000 millones de euros para el desarrollo de nuevas tecnologías más eficientes.

La solicitud de créditos blandos por parte de la industria europea se produce después de que el Congreso de Estados Unidos aprobara recientemente la aportación de créditos por valor de 25.000 millones de dólares (unos 18.400 millones de euros al cambio actual) para la industria de la automoción del país, como parte de la iniciativa para acelerar el desarrollo de vehículos más eficientes.

Además, los fabricantes europeos solicitaron a la Unión Europea que ponga en marcha un plan de fomento de la retirada de los vehículos de más de ocho años de antigüedad durante un periodo de 36 meses, con el fin de acelerar la renovación de la flota de coches en Europa hacia unos automóviles más seguros y menos contaminantes.