Actualizado 15/11/2008 13:36

Innova.- El CEBAS investiga el efecto en los cultivos del agua del trasvase, de la comunidad de regantes y de depuradora

MURCIA, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -

El departamento de Riego del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) investiga el efecto de la calidad del agua en la producción de los cultivos, comparando la irrigación con agua del trasvase, de la comunidad de regantes y de depuradora. Así, disponen de tres parcelas, en cada una de las cuales riegan con una fuente distinta.

Los investigadores parten de la idea de que el agua procedente directamente del trasvase "se supone que es de muy buena calidad", mientras que el agua de la comunidad de regantes "tiene una calidad variable en el tiempo, dependiendo del recurso de que dispone --si es del pozo, de trasvase o de la depuradora--. Por último, disponen de agua de depuradora, con la que hacen una mezcla.

Este estudio, titulado 'Programa integral de ahorro y mejora de la productividad del agua de riego en la horticultura', recibe financiación del Ministerio de Educación y Ciencia a través de las ayudas Consolider Ingenio 2010, y tiene un periodo de duración de 2006 a 2010, según informó a Europa Press uno de los investigadores, Oussama Hussein Mounzer.

El CEBAS desarrolla este proyecto desde hace un año y medio y lo desarrolla en unas parcelas experimentales en una finca que ocupa 12 hectáreas de cítricos, que se dividen en tres pares, cada una con un tipo distinto de riego. Además, a cada pareja se le aplica una estrategia de riego deficitario controlado.

Para determinar los resultados de la influencia del agua en cada uno de los cultivos, los investigadores del CEBAS llevan a cabo un control "muy riguroso", y salen al campo "un mínimo de dos días a la semana con una serie de equipos para medir el contenido de agua en el suelo y la acumulación de sales".

Además, tratan de evaluar el estado hídrico de la planta, los intercambios gaseosos que puede tener la planta con el clima, el oxigeno, el dióxido de carbono, la apertura estomática y la fotosíntesis, al tiempo que realizan un control de todos los parámetros climáticos, como la temperatura y la radiación.

Con esta base de datos, los investigadores del CEBAS intentan buscar "el lenguaje que tiene la planta con el sol y la atmósfera, para saber cuando tenemos y como tenemos que intervenir", según Hussein, quien añadió que, de esta forma, "tratamos de optimizar las condiciones y luego damos recomendaciones a los agricultores".

De momento, este investigador dijo no poder adelantar mucho sobre la investigación "ya que estamos en el primer año, aunque tenemos mucha experiencia previa, y sabemos que cada cultivo hay que tratarlo aparte, porque cada uno tiene un ciclo distinto, unos producen en verano otros en invierno, unos en suelos ligeros y otros en pesados".

En este sentido, añadió que su grupo de investigación se encuentra trabajando en la actualidad con árboles frutales, fundamentalmente con cítricos como mandarinos, limoneros y pomelos, así como con frutales de hueso, como albaricoqueros y melocotoneros.

Simultáneamente, este grupo de investigación lleva adelante en estas mismas parcelas un proyecto con el que prueba estrategias de riego deficitario controlado, mediante el recorte del agua durante las fases en las que el cultivo es menos sensible a la reducción del agua, para comprobar su influencia.

En concreto, Hussein dijo que, durante la fase de acumulación de azúcares en los cítricos, que es entre el 10 de julio y el 15 de agosto, los investigadores recortan la dosis de riego, con lo que, en lugar de satisfacer a las plantas, las someten a un estrés controlado, que puede llegar a una disminución del 30 ó 40 por ciento de lo que la planta necesita.