Actualizado 20/01/2009 13:52

Innova.- El CETEC estudia la mejora de 'bioplásticos' para hacerlos impermeables y optimizar su uso como envases

MURCIA 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Centro Tecnológico del Calzado y del Plástico (CETEC) de Alhama de Murcia estudia la mejora de plásticos generados a partir de vegetales como el maíz o la patata ('bioplásticos'), para hacerlos más impermeables y optimizar su uso como envases de alimentos. Además, investiga el desarrollo de plásticos biodegradables, menos contaminantes, y mezclas de estos materiales con aditivos para mejorar sus propiedades.

Según informó a Europa Press la responsable del Laboratorio del CETEC, Fuensanta Monzó, el Centro Tecnológico lleva a cabo, en este momento, una línea de investigación que es el desarrollo de 'nanocomposites', que son mezclas de plásticos con aditivos y 'nanoarcillas', del tamaño de partículas muy pequeñas.

Esta hibridación se hace para "mejorar las propiedades de los plásticos". En concreto, la investigación está basada "en sus propiedades mecánicas para mejorar las características, como sus propiedades barrera, que es la aplicación más interesante para el envasado de alimentos".

Otra línea de investigación del CETEC consiste en la mejora de 'bioplásticos', un tipo de plástico biodegradable, que se sintetiza a partir de vegetales, por lo que no depende del petróleo, además de poder ser tratable en plantas de compostaje para dejar de ser un contaminante.

Este tipo de producto es de origen vegetal, y es sintetizado, fundamentalmente, del almidón de maíz, aunque los que se encuentran actualmente en el mercado "provienen del almendro, y también se puede obtener a partir de otros vegetales como las patatas y la soja".

El CETEM trabaja con estos bioplásticos añadiendo aditivos a polímeros biodegradables. Y es que estos bioplásticos, ya en el mercado, "tienen problemas porque son demasiado permeables a los gases, e interesa que los alimentos estén aislados de la atmósfera externa para que se conserven mejor". Por ello, el centro persigue materiales de este tipo que hagan de barrera a los gases.

Monzó, quien también trabaja con plásticos biodegradables, advirtió que "hay mucho por hacer" en este ámbito "a nivel mundial para conseguir las prestaciones que tiene un plástico tradicional". A su juicio, el problema es que los plásticos "se utilizan en el envasado de alimentos en más de un 60 por ciento de los materiales que se utilizan".

Y es que los plásticos "tienen muchas ventajas importantes para el envasado como, por ejemplo, admite envases transparentes, flexibles y rígidos, mientras que permite colorearlos, imprimirlos, es decir, ofrece muchas facilidades y se trata de un material muy interesante".

Sin embargo, determinó que "tiene un problema, ya que procede del petróleo, y su origen son derivados del mismo, por lo que le afecta mucho la subida y bajada de los precios de este combustible, y es un material contaminante, porque no se degrada fácilmente, permanece durante muchos años inalterado, ocupa mucho volumen, y genera muchos residuos debido al envasado de alimentos".

A parte de que la dependencia del petróleo, este tipo de materiales "suponen un ahorro, ya que dependen de otras fuentes renovables diferentes que no se agotan, aunque su proceso de fabricación emite menos dióxido de carbono, por lo que también repercute en el efecto invernadero", apuntó la investigadora.

El problema es que el 'bioplástico' "es más caro que un plástico tradicional, y ahora, la aplicación que tiene es en agricultura, donde es más problemático, ya que puede soportar menos el sector la subida del precio del material".

Por contra, su utilización en envasado "es más factible, sobre todo en países muy concienciados en materia de agricultura medioambiental, en productos alimentarios de cultivo ecológicos van a acompañados también de este tipo de envases biodegradables".

En cuanto a la influencia del alza del precio de los cereales, Monzó dijo que hay desarrollos en que están intentando obtener los 'bioplásticos' de materiales que no sean alimentos. De hecho, dijo que en Estados Unidos "se está trabajando con variedades que no son alimentos en sí, sino que son variedades más silvestres, pero, quizá, no poseen tanto almidón, como un alimento como la patata o el maíz".

En la Región, el CETEC investiga con productos ya comercializados, y sus investigaciones consisten en su mejora. Por ello, Monzó señaló que "no estamos desarrollando el 'bioplástico' como tal, sino que estamos mejorando las cualidades del 'bioplástico' añadiéndole una serie de aditivos para mejorar sus propiedades".

En este sentido, confesó que "hay pocas empresas que están produciendo 'bioplásticos', las más importantes en Estados Unidos y en Italia", aunque "si que se están haciéndose muchas investigaciones con otros productos que no son el maíz, como 'bioplásticos' a partir de la pulpa de la madera, que es la celulosa".

En España, Monzó dijo que "no hay una empresa fuerte fabricándolo, aunque sí que hay un par de empresas murcianas que lo utilizan y desarrollan productos con él".

Contenido patrocinado