El Colegio de Psicólogos muestra su reconocimiento a los tres psicólogos distinguidos con el premio Nobel

Actualizado: viernes, 3 julio 2015 1:38

Especialistas destacan que la neuropsicología infantil experimenta un importante desarrollo, especialmente en dificultades del aprendizaje

MURCIA, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Colegio de Psicólogos de la Región de Murcia ha expresado su más sincero reconocimiento a los psicólogos John O'Keefe, Edvard Moser y a May-Britt Mosser, que han sido distinguidos con el premio Nobel de fisiología y medicina "por sus aportaciones para la solución de un problema que durante siglos ha preocupado a filósofos y científicos: cómo controla el cerebro la conducta y cúales son las bases celulares de las funciones cognitivas superiores".

Coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora este viernes, 10 de octubre, el Colegio de Psicólogos de la Región ha alabado a los tres "compañeros psicólogos" distinguidos, que además de haber obtenido el Nobel "han dado a conocer el nuevo paradigma de la psicología: las redes neuronales como elementos esenciales para el funcionamiento cognitivo y la conducta".

En declaraciones a Europa Press, el especialista en psicología clínica, neurospicólogo, director de la Unidad de Neuropsicología de la Universidad de Murcia, Francisco Román Lapuente, ha recordado que la neurospicología es una especialidad que surgió durante los años 70, por lo que es relativamente joven, y se centra en la evaluación y tratamiento de los pacientes que han sufrido un daño cerebral como, por ejemplo, daño craneoencefálico, o con heridas de metralla o de bala durante el periodo de guerra, o las hemorragias cerebrales, entre otras.

Fundamentalmente, ha señalado que la función de la neuropsicología es entender cómo el cerebro se desarrolla y organiza para producir la conducta y el pensamiento, y cómo, tras el daño cerebral, se produce la desorganización. Asimismo, se encarga de evaluar cómo funciona ese cerebro desorganizado, que va a tener un efecto a nivel conductual y de pensamiento.

Román, que también es profesor de neuropsicología de la UMU, ha señalado que hay un aspecto básico en esta especialidad, por el que le han dado en parte el premio Nobel a estos autores, y que consiste en la identificación de cómo funciona el cerebro. Para ello, la neuropsicología, a través de la evaluación neuropsicológica, se sirve de la aplicación de una serie de pruebas a nivel conductual.

Estas pruebas pueden ser aplicadas por psicólogos clínicos o psicólogos escolares, pero la diferencia entre ellos y el neurospicólogo es en la forma en que se ejecutan y se interpretan. Lo que hacen los neurospicólogos es "entresacar y verificar cómo está funcionando el cerebro de la persona que se está evaluando, es decir, cómo están las redes neuronales que van a permitir que se realice una determinada conducta".

Tras la evaluación, lo que pretende la neuropsicología es poder dar unas pautas de intervención a la persona afectada y a los familiares que se encarguen de la persona.

NEUROPSICOLOGÍA INFANTIL

En este sentido, Román distingue entre la neuropsicología aplicada al adulto y al niño. Por un lado, señala que el cerebro del adulto cuenta con una serie de aprendizajes, de tal manera que, ante una determinada lesión, cuenta con mapas que no se ven afectados de forma generalizada, sino que se pueden ver afectados de forma local, pero cuenta con otras partes capaces de suplir el daño.

Por tanto, la intervención en adultos consiste en compensar esos déficits con otros mapas que se han obtenido mediante el aprendizaje en el adulto.

En el caso de los niños, Román destaca que el cerebro no está todavía desarrollado y no cuenta con esos aprendizajes almacenados a lo largo de la vida, sino que el cerebro está en continuo desarrollo. En función de la edad que tenga, el daño va a tener una afectación u otra, y puede llevar a que no se desarrollen esos mapas neuronales, con lo que las consecuencias pueden ser mayores que en adultos.

Por tanto, Román destaca que el tratamiento de los niños consiste en articular las positividades a nivel de los mapas neuronales con la adecuada estimulación ambiental, para "conseguir el máximo desarrollo de las potencialidades del menor" y "reorganizar mapas o compensar con otros mapas neuronales las alteraciones que pueda tener".

Román destaca que la neuropsicología infantil está experimentando un importante desarrollo, especialmente en lo que respecta a las dificultades del aprendizaje, ya que "hay muchos niños que no presentan ninguna alteración neurológica y se muestran inteligentes y espabilados, pero presentan una o varias dificultades de aprendizaje que, por lo general, se atribuyen a factores externos como la separación de los padres, o darle todos los caprichos para que no moleste, no darle suficiente apoyo extraescolar o dejarlo demasiado tiempo en manos de los abuelos".

En el caso de Murcia, Román recuerda que en 1989 se creó el primer servicio de neuropsicología del Servicio Murciano de Salud (SMS) y de la Universidad de Murcia (UMU) y, desde entonces, lleva funcionando esta unidad, inicialmente con adultos y desde hace 10 años centrada en la neuropsicología infantil y las dificultades de aprendizaje.

Además, la UMU imparte un master a partir del cual han salido profesionales formados en neuropsicología en la Región de Murcia, algo que antes no existía.

TRABAJO DE LOS PREMIADOS CON EL NOBEL

El Colegio recuerda que los trabajos pioneros de O'Keefe, realizados en ratas a finales de los años 1960, permitieron identificar la forma en la que el cerebro genera mapas del ambiente en el que se encuentran los organismos.

En concreto, O'Keefe descubrió "células de posición", en una parte del cerebro denominada hipocampo, que se activan de forma diferencial, de tal manera que dependiendo de la posición del organismo en el medio se activan unas y no otras.

Es esta activación diferencial la que permite al organismo identificar y recordar su posición y la de los objetos en el medio. O lo que es lo mismo, "a partir de estas células el cerebro elabora mapas de posicionamiento que son recordados en el futuro", añade el Colegio.

En 2005, el matrimonio Moser descubrió un nuevo tipo celular denominado "células de red", que genera un sistema de coordenadas y permite ya no sólo identificar la posición en el espacio, lo que hacen las células de posición, sino establecer estrategias de navegación para movernos en nuestro complejo medio ambiente.

"Actualmente sabemos que tanto las células de posición como de red existen en el cerebro humano", destaca el Colegio, que estos mapas "parecen encontrarse afectados en las etapas iniciales de la enfermedad de Alzheimer, produciendo en las personas afectadas dificultades para recordar el camino recorrido y recordar el medio ambiente".

La forma en la que se organizan diferentes tipos de neuronas para llevar a cabo funciones cognitivas superiores ha dado lugar a una nueva forma de abordar la comprensión de los procesos cognitivos superiores.

El eje central de esta nueva forma de pensamiento lo constituyen los mapas cerebrales o redes de memoria, consistentes en la integración de diferentes tipos de neuronas que al trabajar de manera conjunta y especializada posibilitan la aparición de las funciones cognitivas superiores. La trascendencias de estos trabajos ha llevado a abrir nuevas vías en la comprensión de otros procesos cognitivos como la memoria y el aprendizaje, el pensamiento o la planificación.

La concesión de este premio Nobel, podemos considerarla como una prueba irrefutable del desarrollo que la psicología está experimentando en la actualidad dentro del contexto científico y, por lo tanto de la madurez científica de nuestra disciplina. Hoy, ya no es posible separar la mente del cuerpo ni el cerebro de su ambiente.