Actualizado: domingo, 6 agosto 2017 11:29

MURCIA, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Inspección Regional de Consumo, perteneciente a la Consejería de Empleo, Universidades y Empresa, ha realizado durante los primeros seis meses del año un total de 629 inspecciones, controlando más de 500.000 unidades de diferentes productos.

Dichas inspecciones se llevaron a cabo para asegurar que los productos cumplían los requisitos establecidos o no entrañaban un riesgo para la salud y la seguridad de los consumidores.

En concreto, los técnicos de la Inspección Regional de Consumo controlan los productos de tres grandes categorías: juguetes, productos industriales y alimentos. Así, de las más de las 600 inspecciones realizadas, se levantaron 102 actas por algún tipo de deficiencia, se tomaron 90 muestras y el resto de ellas finalizaron sin detectar ningún problema en los productos o servicios inspeccionados.

El director general de Consumo, Comercio y Simplificación Administrativa, Francisco Abril, destacó que "desde el Gobierno regional velamos para que los consumidores de la Región puedan consumir productos de manera segura y para ello desde esta Dirección General se trabaja de manera continuada en la revisión de miles de productos de cara a evitar que aquellos que no cumplen con las debidas garantías lleguen a los ciudadanos".

Una de las categorías de productos en las que más actas se levantaron por diferentes problemas fue la de los juguetes, principalmente por no cumplir con la normativa vigente. Asimismo, los vinos y licores también presentaron alguna problemática en relación con las condiciones de venta.

En relación con las muestras tomadas, la mayor parte de ellas se realizaron en el sector de alimentación, tanto en conservas como en productos frescos.

En concreto, dentro de los juguetes, los inspectores detectaron rifles de juguete cuya principal deficiencia era el nivel acústico que emitían, que no cumplían con la normativa; punteros láser que entrañaban peligro, por lo que se procedió a su destrucción; o unas 3.000 muñecas que se retiraron del mercado, ya que tenían presencia de niveles altos de Ftalatos (compuestos químicos principalmente empleados como plastificadores).

Respecto a los productos industriales, se inspeccionaron y retiraron termos con presencia de amianto, guantes de seguridad cuya protección real era inferior a la declarada y perfumes que carecían de etiquetado, entre otros productos.

Por último, en la categoría de alimentación, se inmovilizaron más de 10.000 latas de refresco por no ir etiquetadas en español, así como 60.000 kilos de pescado congelado cuyo peso escurrido era incorrecto.

Abril explicó que "la vigilancia del mercado se encarga de verificar que los productos cumplen la normativa, así como de establecer medidas que limitan la circulación de productos no conformes con las normas de la Unión Europea". "De esta forma, se garantiza la protección de todos los aspectos del interés público, como son la salud y la seguridad de las personas o el medio ambiente, al tiempo que se garantiza una competencia leal", añadió.

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