La madre de la acusada afirma que su hija le contó que la víctima le amenazó con una escopeta el día del crimen
CARTAGENA (MURCIA), 13 (EUROPA PRESS)
Los dos acusados del crimen de La Puebla, en Cartagena (Murcia), tenían "planeado" matar a la víctima y "pegarle fuego", tal y como ha señalado la hermana de la procesada durante su comparecencia como testigo en la tercera sesión del nuevo juicio que tiene lugar en la sección quinta de la Audiencia Provincial con sede en la ciudad portuaria.
En concreto, ha recordado que el acusado le contó antes del crimen que iban a matar a la víctima y que le iban a "pegar fuego". En definitiva, iban a ejecutar "prácticamente lo que le hicieron" finalmente al fallecido.
La testigo ha puntualizado que no supo de estos planes directamente a través de su hermana, sino que la acusada se lo contó al otro procesado y fue éste el que, finalmente, se lo transmitió a ella.
Durante su comparecencia, la hermana de la acusada ha recordado que la relación entre su hermana y la víctima se rompió unos meses antes de los hechos, aunque ambos mantuvieron contacto.
"Ambos amenazaban a la víctima y le decían que le iban a matar", según la testigo, quien ha señalado que el finado le enseñó mensajes en los que la acusada le amenazaba. De hecho, ella le dijo muchas veces a la víctima --con la que mantenía una relación más cercana que con su hermana-- que denunciara la situación y que no podía consentir eso.
Ha señalado que, el día de los hechos, los dos acusados estuvieron "bien", aunque se comunicaron en un momento dado con secretismo. Asimismo, ha recordado que ambos pidieron una llave inglesa con la excusa de que querían entrar en una casa okupada, pero su progenitora se la negó.
Al ser preguntada por si tenían algún plan de fuga, ha recordado que el día antes de los hechos le dijeron que se iban a ir a un pueblo de Granada. "Ellos me dijeron que se iban a ir de viaje", ha destacado.
Además, ha señalado que su hermana "tenía sus días, como todos", aunque ha negado que odiara a la víctima. En cambio, sí que ha afirmado que el otro acusado odiaba al finado.
Finalmente, ha reconocido que su hermana le contó que había quemado el coche del hermano del otro acusado. Además, ha reconocido que ella era consciente de que el procesado era consumidor de droga y de que estaba tomando cocaína fumada la noche del crimen.
TENÍAN UNA RELACIÓN "TÓXICA"
La madre de la acusada ha reconocido que, al principio, la relación de su hija con el fallecido era "muy buena" y duró entre dos y tres años. En cambio, ha lamentado que "se pusieron mutuamente los cuernos". "Por despecho, ella se los puso a él", ha aclarado. Llegó un momento en el que la relación se terminó, aunque ha admitido que ambos seguían hablando.
Al ser preguntada por la fiscal por el carácter de su hija, ha señalado que la acusada "no se enfada con facilidad", no había que hacer "siempre lo que ella quería" y "no es posesiva". Con todo, la madre dijo a su hija y a la víctima que tenían una relación "tóxica" y que tenían que dejarlo.
Su hija y la víctima habían vuelto a retomar la relación cuando acudieron a presentar una denuncia contra el otro acusado por amenazas. Ha destacado que el otro enjuiciado y la víctima no tenían una buena relación y, de hecho, el procesado llegó a amenazar a la víctima y a su hijo, "tal y como consta en los audios".
Asimismo, la testigo ha explicado que le pidió a la víctima que no cogiera el teléfono a su hija cuando ya habían terminado la relación y le solicitó que denunciara a otro procesado. "Él me decía que el acusado le estaba amenazando constantemente", ha zanjado.
No obstante, ha negado que temiera por la vida del finado en base a lo que su descendiente le contaba.
El día del crimen, la testigo estuvo con los dos procesados, que llegaron a su casa en bicicleta sobre las 21.00 horas, y ha señalado que su actitud era "buena". "Mi pareja estaba durmiendo y no quiso estar en ese momento porque no le caían bien ninguno de los dos", ha señalado. Sí pidieron una llave inglesa, pero ella hizo como si no hubiera oído nada, ha remarcado. "Se habían bebido un par de litros de cerveza y yo no sé si se habrían metido algo", ha zanjado.
Ha recordado que los dos enjuiciados estuvieron entre una hora y una hora y media en su casa, y no supo nada más de su hija hasta el día siguiente, cuando la Policía Judicial se presentó en su casa. No obstante, ha señalado que su hija le contó que la víctima le amenazó con una escopeta el mismo día del crimen.
La testigo, que ha admitido que en ese momento no se llevaba bien con su hija, ha reconocido que ese hecho pudo haberle hecho mentir en la fase de instrucción del juicio. Sin embargo ha negado que ahora --que vuelve a llevarse bien con la acusada-- eso pueda hacerle mentir en el juicio.
Finalmente, la fiscal ha pedido que se deducción de testimonio por falso testimonio.
"DISCUTÍAN MUCHO"
También ha comparecido la madre de la víctima mortal, quien ha recordado que la acusada discutía mucho con su hijo y le amenazaba "mucho" por teléfono.
El 22 de agosto cenó con su hijo en la casa y, posteriormente, fueron a Cartagena a visitar a un vecino que estaba hospitalizado. Esa noche, la acusada llamó a la víctima y le dijo: "Si tu madre está dentro de la casa, la voy a quemar", tal y como le relató su hijo, quien se puso "muy nervioso" porque pensó que le estaban quemando la casa.
El hermano del fallecido ha recordado que la relación de la víctima con la acusada tenía altibajos. "A veces era buena, a veces mala y se tiraban los trastos", ha declarado. Cuando se acabó la relación, ha destacado que la procesada --a la que ha calificado como "celosa"-- mandaba mensajes y llamadas "múltiples" al finado con amenazas de muerte y con quemarle la casa.
El día de los hechos, él recibió una llamada a las 5.30 horas en la que le dijeron que el coche de su hermano estaba ardiendo. "Me imaginé que mi hermano estaba dentro, claro" porque "estaba perdido desde las una o las dos de la noche", ha zanjado. "Todo lo mal que se hace en esta vida, se paga al final", ha remarcado.
También ha comparecido como testigo la expareja del fallecido --con el que tenía una hija en común-- quien puso fin a su relación en 2014 aunque ambos mantuvieron relación cordial hasta que su ex estableció una relación con la acusada en 2028. "Él se volvió más distante" a partir de ese momento, ha puntualizado.
La testigo ha recordado que tuvo un problema con la acusada una vez, porque su ex le compró una tablet a la hija que tienen en común y, posteriormente, ella se descargó una aplicación para jugar con la pequeña. Ha señalado que eso no le sentó bien a la procesada que, un fin de semana, le agarró del brazo. "No sé si quería que le pegara, la verdad, pero era menor de edad en aquel entonces", ha señalado.
"No denuncié los hechos por mi expareja", según la testigo, quien ha lamentado que, en caso de haberlo hecho, a lo mejor el crimen no se hubiera producido.
Por otro lado, ha explicado que la enjuiciada se "metía mucho" en las conversaciones que mantenía con su expareja con motivo de la hija que tenían en común, y que era la procesada la que, en ocasiones, le contestaba a los mensajes.
También ha relatado que fue precisamente su hija la que le contó que la acusada amenazaba a su expareja cuando no le dejaba conducir el coche. Además, fue su hija la que le contó que la relación entre la víctima y la acusada se terminó porque ella le fue infiel a él.